¡Allahu akbar!
Es curiosa la forma en cómo podemos dejarnos llevar por radicalismos y cómo, por ello, terminamos en debates que serían irrisorios si no fuesen tan trágicos.
Toda proporción guardada, pero los talibanes, los bolcheviques, los nazis, los pro Maduro, los pro Fidel Castro, los 4T, la liga de los políticamente correctos y un largo etcétera son tan, pero tan similares.
Déjeme poner un ejemplo, insisto, con la salvedad de los matices, sin buscar exagerar para evitar el derrame de bilis en los censores del régimen, pero ¿se da cuenta de que mientras en Afganistán se debate el derecho de las mujeres a estudiar, en México debatimos la necesidad de un papel firmado para regresar a clases o si debemos vacunar niños contra Covid-19?
Allá, una visión particular y ultramontana de la ley sharia quiere obligar a las mujeres a guardarse para siempre en su casa, en su marido y en su ignorancia, para Occidente la discusión sería aberrante, de argumentos fútiles, una vergüenza siquiera pensarlo: ¿prohibir mujeres en la UNAM o en Poli?, ¿obligarlas a salir a la calle siempre acompañadas de un varón de su familia?,¿penalizar su imagen?… Pero en Kabul, en Gazni o en Herat es un tema de gran interés, hay gente, mucha más de la que pensamos, que considera que la mujer debe confinarse de la vida pública por el bien de la sociedad, para mostrar obediencia a su Dios y obtener favores benditos en la otra vida.
Acá, en México, nuestro gobierno quería, ¿quiere?, exigir un papel firmado por padres de familia responsabilizándose frente a posibles contagios de los menores en las escuelas, culpando a los padres por la negligencia del Estado, porque, como en Afganistán, el Estado jamás se equivoca.
Ciertamente, azotar a un hombre en la calle nos parece aberrante, pero quizá, si nos miramos en profundidad, ¿no fue igual de aberrante llamar a los abrazos o armar una campaña para decir que la Covid-19 no era una enfermedad grave?
Somos más talibanes de lo que creemos, en México nuestro ayatolá quiere enseñarle al mundo “Economía Moral” mediante un libro con su foto en la portada porque, dice, todo está podrido y él, solo él, posee la solución final, ¿no se parece eso, mucho mucho, al Califato con que soñaba ISIS?
Y allá, como aquí, piensan que hay una transformación divina en proceso, que existe una sola verdad, que los que no están con los líderes del gobierno son traidores contra los que se debe pelear.
Y allá, como aquí, también usan otros datos.
Ah, claro… Y aquí también hay decapitados. Incluso, hasta crucificados.
DE COLOFÓN
López Obrador es un exfumador, sabe lo complicado y dañino que produce el humo por la combustión en los pulmones. ¿No es momento de regular en favor de las alternativas al cigarro y en beneficio de la población?