El sexto informe de gobierno del presidente López Obrador no fue un recuento objetivo de logros y desafíos, sino un ejercicio de autoelogio desmesurado, repleto de inexactitudes y afirmaciones insostenibles.

Presumió tener el sistema de salud más eficaz del mundo, sin embargo, el último informe de la OCDE muestra que México se encuentra entre los países con la esperanza de vida más baja dentro de sus miembros, con un promedio de 75 años, significativamente por debajo del promedio de 81 años. Además, el gasto per cápita en salud es sustancialmente inferior al promedio de los países miembros, con apenas 1,154 dólares anuales, en comparación con el promedio de 4 mil dólares.

López Obrador afirmó que durante su gobierno 100 mil mexicanos han salido de la pobreza cada mes, sin embargo, datos de la CEPAL demuestran que la reducción de la pobreza en México ha sido, en el mejor de los casos, marginal, con un 43% de la población aún viviendo en condiciones de pobreza o vulnerabilidad.

En materia de seguridad se jactó de una gestión exitosa a pesar de que informes de diversas organizaciones internacionales, como el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) indican que alrededor del 40% del territorio mexicano está bajo control directo o indirecto del crimen organizado. Los datos oficiales revelan que durante este sexenio el número de homicidios dolosos alcanzó 196,438, 47.9% más que en el de Calderón y 33.5% más que en el de Peña Nieto.

El presidente aseguró también que su gobierno no ha endeudado al país, lo que resulta inexacto. La deuda pública ha aumentado en términos absolutos, alcanzando el 53% del PIB, mientras que el déficit fiscal se ha ampliado significativamente, situándose en un preocupante 5.4%, lo que pone en riesgo la estabilidad económica a mediano plazo.

Sin embargo, lo que definirá la gestión de López Obrador será su tendencia antidemocrática y su desprecio por la ley y las instituciones. Su iniciativa de reforma al poder judicial debilitará la independencia judicial, un pilar esencial en cualquier democracia. Tocqueville advirtió que un poder judicial dependiente del voto popular puede convertirse en un instrumento del Ejecutivo, lo que amenaza directamente la separación de poderes en México.

El informe fue un ejercicio de manipulación de la realidad, plagado de mentiras y medias verdades que intentan construir un legado ficticio de éxito y transformación. La administración de López Obrador ha exacerbado muchos de los problemas estructurales de México, mientras que su retórica populista ha debilitado las instituciones democráticas. Claudia Sheinbaum enfrenta un enorme reto: revertir los daños causados y restablecer la verdad, la transparencia y la confianza en el gobierno. Está por verse si estará dispuesta a enfrentar este desafío con la responsabilidad que exige la situación.

Twitter: @maeggleton

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