La pobreza es un problema estructural, esto significa que no es producto simplemente de decisiones individuales o circunstancias determinadas, sino que está profundamente arraigada en la forma en que se ha organizado la economía, la política y la sociedad del país.
Por ello, es una condición difícil de erradicar al estar vinculada a sistemas de desigualdad y exclusión social, como el acceso limitado a la educación de calidad, empleo digno y atención médica, entre otros.
Las raíces estructurales de la pobreza en México pueden rastrearse desde el periodo colonial, pasando por las crisis económicas en el siglo XX, hasta las políticas económicas y sociales contemporáneas que han favorecido a ciertos grupos en detrimento de otros. Por ello, su medición resulta fundamental para atacarla en la medida en que identifica las zonas, los ámbitos específicos en los que ocurre y sus condiciones particulares.
En este contexto, los datos presentados hace unas semanas por Coneval muestran que si bien, en 2022 México registró menos pobres, las condiciones de pobreza no necesariamente han mejorado. Hace 15 días reflexionaba en este espacio sobre la situación general del país, en esta ocasión presento algunos elementos para analizar la situación en Querétaro.
Querétaro se ubica en el lugar ocho a nivel nacional con casi un cuarto de su población viviendo en condiciones de pobreza (21.7%); frente a un 36.6% a nivel nacional. En términos generales, la pobreza en Querétaro disminuyó un 29% entre 2020 y 2022, pasando del 31.3% al 21.7% y un 39% (del 2.9 al 1.7%) en pobreza extrema (frente al 7.1% a nivel nacional).
Si bien la disminución es importante, no se puede decir lo mismo en términos del porcentaje de personas vulnerables por carencias sociales, producto, en gran medida, de las políticas del gobierno federal, en particular, de la desaparición del Seguro Popular y del fracaso del Insabi.
Los datos dan cuenta de que, en la entidad, se ha incrementado en 9.6 puntos porcentuales la carencia por acceso a servicios de salud alcanzando el 30.4% (frente al 39.1% a nivel nacional) aunque se ha reducido 1.7 puntos porcentuales el número de personas sin seguridad social.
En los rubros donde Querétaro muestra mejor desempeño se ubican los relativos a servicios básicos, donde 87.6% de las viviendas contaba con agua entubada dentro de la vivienda, el 98.1% con sanitario, el 83.3% con drenaje y el 99% con servicio público de electricidad.
Si bien la entidad se ubica por arriba de la media nacional en todos los indicadores y se ubica en mejores condiciones que lo que estipula el plan estatal de desarrollo, las condiciones siguen siendo críticas para miles de personas.
En este sentido, resulta fundamental fortalecer las políticas de fomento al empleo, la seguridad social y el desarrollo regional con el fin de atacar situaciones estructurales y no privilegiar programas sociales que si bien resultan necesarios no resuelven situaciones estructurales.