La elección del pasado domingo en Venezuela ha puesto al país nuevamente en el centro de la atención internacional. La oposición ha denunciado la manipulación del sistema de transmisión de votos, alegando que el chavismo utilizó tácticas ilegítimas para asegurar la reelección de Maduro. Como resultado de ello, se ha agudizado la represión hacia la oposición y el régimen ha dado a conocer la expulsión de embajadores de Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Costa Rica, Panamá y República Dominicana bajo acusaciones de injerencismo.

En su análisis sobre la quiebra de las democracias, Juan Linz destaca la importancia de la legitimidad institucional y la moderación de los actores políticos. En Venezuela, la percepción de un CNE parcializado y al servicio del chavismo ha erosionado la confianza pública, una situación que Linz identifica como un precursor de crisis democrática. La falta de legitimidad en las instituciones electorales y la manipulación de las reglas del juego son la muestra más palpable de que a diferencia de lo ocurrido en América Latina durante buena parte del siglo XX, donde las democracias caían por golpes de Estado, ahora, caen como resultado de gobiernos que llegan al poder a través de las urnas y, una vez en él, desmantelan contrapesos y manipulan las instituciones para perpeturarse en el poder. Como muchos otros autócratas, Maduro ha utilizado los recursos constitucionales para modificar las reglas electorales a su favor y silenciar a la oposición.

Sin embargo, las aspiraciones autocráticas de Maduro no son la única causa para el colapso democrático, Venezuela ha presentado, desde hace al menos una década, indicadores de alerta como la tolerancia a la violencia, la negación de la legitimidad de los oponentes y la restricción de las libertades civiles. La represión de las protestas, la criminalización de la oposición y el control de los medios son estrategias empleadas por el régimen de Maduro que sugieren una transición hacia un autoritarismo más consolidado. Como advierten Levitsky y Ziblatt, las democracias pueden morir lentamente, a través de la erosión de normas democráticas.

La comunidad internacional ha respondido con preocupación a los informes de irregularidades en el proceso electoral. Organizaciones internacionales y gobiernos extranjeros han instado al gobierno venezolano a permitir un recuento transparente y verificable de los votos con llamados a que se respeten los derechos de los ciudadanos venezolanos y se garantice la transparencia en el proceso electoral. Sin embargo, el gobierno de Maduro ha mostrado resistencia a estas demandas, lo que agrava la crisis de legitimidad del régimen.

La situación actual en Venezuela es un claro ejemplo de cómo las democracias pueden ser erosionadas desde dentro. Sin embargo, esta situación no sólo es una advertencia sobre los peligros de la erosión democrática, sino también un llamado urgente a la acción para evitar un colapso total de la democracia en el país.

Google News