El 14 de febrero se celebra el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, un recordatorio de que, aunque hablamos de corazones en un sentido romántico, hay miles de bebés que nacen cada año con problemas en el suyo. En México, las cardiopatías congénitas (CC) son las malformaciones más comunes en recién nacidos y se estima que alrededor de 12 mil a 16 mil bebés al año nacen con algún defecto en el corazón.

¿Cuándo se puede hacer el diagnóstico de una cardiopatía congénita?

El corazón de tu bebé empieza a formarse muy temprano en el embarazo, y alrededor de la semana 20 de gestación, con un ultrasonido detallado, ya es posible detectar la mayoría de las cardiopatías graves. En algunos casos, cuando hay antecedentes familiares o algún hallazgo sospechoso en un ultrasonido previo, se puede evaluar antes, entre la semana 16 y 18. Eso sí, no todas las cardiopatías se pueden diagnosticar antes del nacimiento. Algunas más leves solo se detectan después de que el bebé nace y empieza a adaptarse a la vida fuera del útero. Sin embargo, se estima que hasta el 85% de las cardiopatías congénitas mayores pueden identificarse prenatalmente cuando los estudios se realizan en manos especializadas.

¿Por qué es importante saberlo antes de que nazca bebé?

Porque el pronóstico cambia radicalmente. Tener un diagnóstico prenatal permite planear el nacimiento en un hospital con los especialistas y el equipo necesario para actuar inmediatamente después del parto asegurando que bebé reciba el tratamiento adecuado desde su primer respiro. En algunos otros casos, conocer el diagnostico a tiempo permite tratar al bebé incluso dentro del útero.

¿Qué podemos hacer para mejorar la detección?

Es importante que todas las mujeres embarazadas tengan una evaluación de ultrasonido realizada por un médico materno-fetal en en cada trimestre del embarazo. Además, algunas mujeres con factores de riesgo pueden requerir estudios más avanzados. Entre estos factores se encuentran: cardiopatía en la madre, antecedente de un bebé con cardiopatía congénita, diabetes pregestacional, etc. En estos casos, el médico puede recomendar una ecocardiografía fetal, un estudio especializado que evalúa con mayor detalle la anatomía y función del corazón de bebé.

Las cardiopatías congénitas pueden ser un desafío, pero con un diagnóstico prenatal oportuno y un equipo médico preparado, el futuro de estos pequeños corazones puede ser mucho más brillante.

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