Dormir bien no solamente es un placer, es necesario para la salud en general, y en el embarazo es esencial para el bienestar de mamá y bebé. Sin embargo, el crecimiento del abdomen y otras molestias asociadas con el embarazo pueden dificultar el descanso. Dormir entre siete y nueve horas diarias ayuda a regular hormonas clave como el cortisol y la insulina, reduce el estrés, mejora la circulación y refuerza el sistema inmunológico, reduciendo riesgos como diabetes gestacional y preeclampsia.

La falta de sueño, por el contrario, puede incrementar el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, complicaciones como hipertensión e incluso depresión postparto. Por tanto, es fundamental priorizar un sueño reparador, especialmente a partir del segundo trimestre, cuando el cuerpo requiere aún más energía.

Un aspecto crucial es la posición al dormir. Desde la semana 20 de embarazo, se recomienda evitar dormir boca arriba, ya que el peso del útero comprime la vena cava inferior, un vaso sanguíneo clave que transporta sangre de la parte inferior del cuerpo al corazón. Esto disminuye la cantidad de sangre que puede bombear el corazón a mamá, placenta y bebé, pudiendo causar mareos, náuseas, e incluso aumentar el riesgo de algunas complicaciones como bajo peso al nacer y muerte fetal en etapas avanzadas.

La evidencia científica sugiere que dormir de lado, preferiblemente sobre el lado izquierdo, es la posición más segura. Esta postura mejora la circulación sanguínea, beneficia la función renal y reduce la hinchazón en las piernas y pies. Aunque es ideal priorizar el lado izquierdo, dormir sobre el lado derecho también es seguro y no debería causar alarma si despiertas en esa posición. Usar almohadas para apoyar el abdomen o la espalda puede hacer esta postura más cómoda.

Adoptar buenos hábitos de sueño desde el inicio del embarazo contribuye significativamente a la salud materna y fetal. Intenta dormir y despertar a la misma hora todos los días. Crea una rutina para dormir, evita tomar líquidos dos horas antes de acostarte, limita el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y reduce el consumo de cafeína después de medio día. Practicar técnicas de relajación puede ser útil para preparar cuerpo y mente para un descanso más efectivo. Recuerda, que dormir bien no es sólo una recomendación, es una prioridad. ¡Cada hora de sueño es una inversión en tu bienestar y el de tu bebé!

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