En México, la mutación del gen MTHFR (metilentetrahidrofolato reductasa) es sorprendentemente frecuente. Alrededor del 30 al 50% de la población tiene al menos una copia alterada de este gen, que juega un papel crucial en el metabolismo del ácido fólico. Esta vitamina es esencial para muchas funciones en el cuerpo, pero en las mujeres embarazadas es vital para prevenir defectos en el tubo neural del bebé, como la espina bífida.
La mutación en el gen MTHFR puede dificultar que el cuerpo convierta el ácido fólico de los alimentos o suplementos en su forma activa, llamada metilfolato, lo que puede resultar en niveles insuficientes en la sangre. Esto es especialmente relevante en mujeres que planean un embarazo, ya que el tubo neural del bebé comienza a formarse desde las primeras semanas, muchas veces antes de que la mujer sepa que está embarazada. Si los niveles de ácido fólico son bajos en ese momento crucial, el riesgo de defectos del tubo neural aumenta significativamente. Afortunadamente, México cuenta con un programa de fortificación de alimentos con ácido fólico desde 1998, lo que ha reducido los casos de estos defectos. Sin embargo, para mujeres en edad reproductiva, especialmente aquellas con factores de riesgo como antecedentes familiares o esta mutación genética, la suplementación con ácido fólico sigue siendo esencial.
¿Cuándo y cuánto tomar?
Las mujeres que planean un embarazo deben comenzar a tomar ácido fólico al menos tres meses antes de la concepción. Esto permite que los niveles en sangre sean óptimos al momento en que se desarrolla el tubo neural de bebé. La dosis recomendada para la mayoría de las mujeres es de 400 microgramos al día, pero aquellas con factores de riesgo, como una mutación en MTHFR, antecedentes familiares de defectos del tubo neural o uso de ciertos medicamentos como antiepilépticos, podrían necesitar dosis más altas (entre 4 y 5 mg), siempre bajo supervisión médica.
¿Cómo incluir el ácido fólico en tu dieta?
Además de los suplementos, consumir alimentos ricos en folato, como espinacas, brócoli, lentejas, naranjas y aguacates, es una excelente manera de complementar tus niveles. Sin embargo, incluso con una dieta saludable, la suplementación es clave, ya que el embarazo aumenta significativamente las necesidades de esta vitamina.
En conclusión, la suplementación con ácido fólico antes del embarazo puede marcar la diferencia para la salud de tu bebé. Consulta con tu médico sobre la dosis adecuada para ti y comienza a preparar tu cuerpo con tiempo. Cuidar tu nutrición y planificar con anticipación es el primer paso para tener un embarazo y bebé saludables.