Cuando hablamos de lactancia, lo primero que viene a la mente es el alimento ideal para bebé. Y sí: la leche materna contiene todos los nutrientes que un recién nacido necesita en sus primeros meses de vida. Pero los beneficios de la lactancia van mucho más allá de la nutrición. Hoy quiero compartir contigo algunos efectos conocidos y otros no tan conocidos, que hacen de esta práctica natural una verdadera joya para tu salud y la de tu bebé.
Para empezar, la leche materna contiene anticuerpos que ayudan a proteger a bebé contra infecciones comunes, como resfriados y diarreas. Además, reduce el riesgo de enfermedades más graves como meningitis, neumonía o incluso el síndrome de muerte súbita del lactante. A largo plazo, se ha asociado con menor riesgo de obesidad infantil, diabetes tipo 1 y enfermedades alérgicas. Pero los beneficios no son solo para bebé. Amamantar ayuda a mamá a recuperarse más rápido después del parto, reduce el sangrado posparto y, a largo plazo, se ha visto ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y de ciertos tipos de cáncer como el de mama y ovario.
Y aquí vienen algunos beneficios menos conocidos pero igual de fascinantes:
-Favorece el desarrollo neurológico: Diversos estudios han demostrado que los bebés amamantados tienen, en promedio, un mayor coeficiente intelectual. Este efecto parece deberse tanto a los nutrientes únicos de la leche materna como al vínculo emocional que se fortalece durante la lactancia.
-Mejor sueño para mamá: Aunque parezca contradictorio, las madres que amamantan tienden a dormir más horas por noche. La prolactina, hormona que se libera durante la lactancia, tiene un efecto calmante que favorece el descanso.
-Vínculo emocional y salud mental: La lactancia estimula la liberación de oxitocina, también conocida como la “hormona del amor”. Esto fortalece el apego madre-bebé, y también ayuda a reducir el riesgo de depresión posparto.
-Impacto ambiental: La leche materna no necesita envases, transportes ni procesos industriales. Es un alimento sostenible, ecológico y siempre disponible.
Por supuesto, la lactancia también viene con desafíos, especialmente en los primeros días. Por eso es importante que las mujeres reciban apoyo adecuado, sin juicios ni presiones, para que puedan tomar decisiones informadas sobre su alimentación y la de su bebé.
La lactancia no solo es un acto de nutrición, es un acto de salud, de vínculo y de amor. Si estás embarazada o ya tienes a tu bebé, recuerda: cada gota cuenta. Y si conoces a una mamá lactante, acompáñala, escúchala y anímala, porque detrás de cada bebé amamantado, hay una mamá que necesita apoyo.