La preeclampsia es un trastorno que se caracteriza por hipertensión arterial y daño en órganos como los riñones o el hígado, que aparece después de la semana 20 de gestación. Es una de las complicaciones más serias durante el embarazo, afectando entre el 2 y el 8% de las mujeres embarazadas a nivel mundial. En México, este trastorno es responsable de aproximadamente el 18% de las muertes maternas, según datos de la Secretaría de Salud. Además, contribuye significativamente al nacimiento prematuro, afectando también la salud de bebé. Aunque su impacto inmediato puede ser muy grave, las mujeres que han sufrido preeclampsia enfrentan un riesgo menos conocido pero igualmente preocupante: un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares a lo largo de su vida.

Estudios recientes han demostrado que haber tenido preeclampsia incrementa significativamente el riesgo de desarrollar hipertensión arterial crónica, enfermedad cerebrovascular e infarto al miocardio. En términos de cifras, las mujeres con antecedentes de preeclampsia tienen tres a cuatro veces más riesgo de desarrollar hipertensión arterial a lo largo de la vida y su riesgo de enfermedad cardiovascular (infarto o insuficiencia cardíaca) es aproximadamente dos veces mayor en comparación con mujeres sin el antecedente de esta condición. Este nivel de riesgo es comparable al que se observa con otros factores de riesgo como la obesidad o el tabaquismo. La conexión entre la preeclampsia y el riesgo cardiovascular puede explicarse por el daño vascular que ocurre durante el embarazo y persiste después del parto. Aunque este vínculo ya esta perfectamente bien establecido, muchas mujeres no reciben esta información y por tanto no son conscientes de las implicaciones a largo plazo que este trastorno puede tener en su salud.

Para las mujeres que han tenido preeclampsia, adoptar un estilo de vida saludable es esencial para reducir riesgos. Esto incluye mantener un peso adecuado, seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física y evitar otros factores de riesgo cardiovasculares como tabaquismo. Además, estas mujeres deberían tenern un seguimiento médico regular, con monitoreo regular de la presión arterial y estudios de laboratorio incluyendo niveles de colesterol, glucosa y función renal para identificar riesgos tempranos.

La preeclampsia es más que un episodio del embarazo; es una señal de alerta para tomar medidas preventivas a lo largo de la vida. Reconocer este riesgo y actuar temprano puede marcar la diferencia en el tiempo y la calidad de muchas mujeres. Si tuviste preeclampsia, no ignores su impacto a largo plazo. Habla con tu médico, infórmate y toma el control de tu salud.

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