Hace un par de días, mientras veía la televisión, me topé con una película que me encantaba de niña. La película cuenta la historia de un guardia de seguridad que resguarda un museo en el turno de la noche, lo interesante empieza cuando se percata de que la colección del museo cobra vida a cierta hora de la noche. Esto me recordó acerca de algunos museos que han aplicado la premisa de la película en el mundo real, en esta ocasión te contaré acerca de estas experiencias.
El espacio donde ocurren los eventos de la película es el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, en éste puedes vivir la experiencia de dormir en el museo. Hay dos tipos de experiencias, una enfocada a las infancias, en ésta los niños pueden visitar diferentes áreas del museo, como las exposiciones temporales, el planetario, ver presentaciones de diversos animales vivos, etc.; al finalizar el tour, los niños duermen debajo de una réplica de 29 metros de longitud de una ballena azul. La experiencia para adultos cuenta con una cena y desayuno dentro del museo, proyecciones en el planetario, acceso a las exposiciones temporales y permanentes, música en vivo y un sleeping bag para dormir debajo del modelo de la ballena azul. La famosa cinta dio paso a que esta experiencia fuera posible, ya que al igual que la película, los pasillos del museo cobran vida en la noche, sin embargo, en este caso no es debido a una tabla de oro de un faraón egipcio como cuenta la película, sino es gracias los visitantes y a las labores de mediación por parte del equipo del museo.
Otra pijamada museística sucedió en 2017, en el museo Rijksmuseum de Ámsterdam, con motivo de celebrar sus 10 millones de visitas. Stefan Kasper, artista y profesor de una secundaria ubicada en las afueras de la ciudad, aguardaba en la fila para entrar al museo cuando de pronto escuchó una melodía que lo desconcertó, acto seguido, vio cómo todas las personas del museo se tornaban hacia él para felicitarlo por ser el visitante número 10 millón. Esta coincidencia conllevaba un premio inigualable, que muy pocas personas en el mundo pueden experimentar: dormir frente la pintura más emblemática del famoso Rembrandt, La Ronda de Noche. Así fue como después de un día entero dentro del museo, Stefan durmió frente a la afamada pintura. En algunas entrevistas Stefan menciona que no sabía qué hacer, si dormir o pasar toda la noche admirando la pieza, mientras transcurría la noche redescubrió la pintura, ya que empezó a notar personajes y detalles de los que nunca antes se había percatado, él menciona que fue como si la pintura cobrara vida. ¡Qué suerte! Imagínate poder vivir una experiencia así, ¿tú qué harías?, ¿te dormirías o te quedarías despierto toda la noche inspeccionando meticulosamente la pintura?
El arte y los museos cobran vida a través de sus visitantes. Este tipo de estrategias hacen que los museos cuenten y revivan las historias de sus colecciones de una manera completamente diferente a la tradicional, es así como generan nuevas maneras de interacción, apreciación e interpretación de las obras de arte. Pero, ¿tú qué opinas?, ¿te gustaría tener una pijamada en un museo? Si tu respuesta fue sí, ¿en qué museo te gustaría vivir esta experiencia?