El 2 de junio, en la elección donde se votarán cerca de 20 mil cargos, también se pondrán en juego unos 135 mil millones de pesos correspondientes a la partida que los estados tienen destinados para los servicios de salud. Entre más entidades gane Morena, más recursos se operarán desde la Federación bajo el modelo de centralización que se intenta implementar desde la 4T con el IMSS-Bienestar. En cambio, la oposición ha decidido mantener en sus manos ese presupuesto para desarrollar sus propios programas sanitarios.

Los 21 estados gobernados por Morena, más sus aliados, el PES en Morelos y el Partido Verde en San Luis Potosí, cedieron al esquema de salud propuesto por el presidente López Obrador, mientras que Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Durango, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Yucatán rechazaron la propuesta. Los últimos tres, que estarán en disputa en junio, se jugarán también sus presupuestos correspondientes del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud, mejor conocido como FASSA.

Entre todos los estados de oposición le quitan al IMSS-Bienestar la posibilidad de disponer de unos 30 mil millones de pesos anuales. De los que renovarán gubernatura, 6 mil 579 millones son de Jalisco, 4 mil 604 millones de Guanajuato y 2 mil 831 millones de Yucatán.

El FASSA, que forma parte del Ramo 33, sirve para que las entidades federativas presten servicios de salud a la población que no cuenta con empleo formal o que no está incorporada a algún régimen de seguridad social. De todos los estados del país, el Estado de México es el que más presupuesto asignado tiene, con 14 mil 118 millones de pesos.

El esquema de centralización también involucra la operación de infraestructura hospitalaria. Bajo el esquema de donación, los estados se pueden deshacer de algunos hospitales para que sean operados por el IMSS- Bienestar. En el caso de Puebla, hay una propuesta para que 10 unidades médicas propiedad del gobierno estatal pasen a manos del organismo que lleva Alejandro Calderón Alipi —uno de los amigos de “Andy” López Beltrán incrustados en la administración pública—, aunque en la práctica y para los ojos del presidente es responsabilidad de Zoé Robledo, quien apunta a repetir como titular del IMSS si Claudia Sheinbaum gana la Presidencia.

Lo mismo ocurre en Oaxaca, donde el Hospital General de Tuxtepec pasará al modelo federalizado para que se encarguen de su administración a partir de abril. Algo similar ocurrió con el Hospital Materno Infantil de Ciudad del Carmen, en Campeche, que ya está bajo el control del IMSS-Bienestar.

Así, los jaliscienses, yucatecos y guanajuatenses se jugarán también el destino de sus sistemas de salud.

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