Debido a la conocida tragedia lopezobradorista en cuanto a la compra y distribución de medicinas, el gobierno de Claudia Sheinbaum anunció el Nuevo Modelo de Contratación Consolidada de Medicamentos e Insumos Médicos para el periodo 2025-2026, con el que buscará corregir algunas de las aberraciones del de Macuspana.
Y es que el tabasqueño no tuvo la capacidad para resolver esta necesidad vital para miles de pacientes que lo padecieron. De hecho, se convirtieron en víctimas del demagogo. Aunque, ciertamente, no sólo de él, también del patético subsecretario Hugo Gómez-Gatell —conocido como el Doctor Muerte— y, también, del ausente Jorge Alcocer Varela, entonces titular de Salud.
Entre las muchas falsedades que repetía López Obrador, tenemos la del 20 de julio de 2021: “se logró que México cuente con el abasto suficiente para garantizar atención médica y medicamentos gratuitos a todas y todos los mexicanos...”.
Engañó una y otra vez, a pesar de las denuncias ciudadanas, particularmente de padres de niños enfermos de cáncer. Su esquema de logística para la obtención y distribución de fármacos representó uno de sus fiascos más lamentables.
Incluso, llegó a decir: “La vamos a ganar a los refrescos y a las papitas ¡cómo no! Si ellos pueden llevar sus productos hasta lo más lejos ¿por qué no vamos a poder nosotros?, ¡son medicinas!” Y agregó: “Vamos a distribuir los medicamentos hasta los pueblos más apartados, no van a faltar, me dejo de llamar Andrés Manuel”. De hecho, hay quienes le llaman de muchas maneras, pero no por su nombre.
Fue de tumbo en tumbo: 2018, la responsabilidad recaía en el IMSS, junto con otras dependencias; 2019, interviene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pero tampoco resuelven atinadamente; 2020-2021, UNOPS obtiene la mitad de las compras y un año después consigue 10% de la adquisición; y vendría el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), inventado para sustituir al Seguro Popular y que el mismo morenismo terminó desapareciendo —reconoció que “no funcionó”— y debió entrar la Secretaría de Salud; y este 2024 vendría Birmex para concentrar las medicinas en la patraña llamada Megafarmacia del Bienestar (Centro Federal de Almacenamiento y Distribución de Insumos para la Salud), “la farmacia más grande del mundo”.
De acuerdo con Birmex, había surtido 341 recetas; esto es, 2.7 recetas diarias en promedio, del 29 de diciembre de 2023 al 29 de abril de este año. Fracaso total.
De la Dinamarca prometida, a la Huehuetoca conocida, donde se encuentra este —hasta ahora— elefante blanco. “El gobierno federal [informó EL UNIVERSAL] invertirá en la Megafarmacia 3 mil 614 millones 558 mil 125 pesos entre 2023 y 2024, casi mil millones de pesos más de lo que se informó el pasado 29 de diciembre [2 mil 700 millones de pesos], cuando fue inaugurada…”.
Como sabemos, una cosa es la austeridad razonable y otra la insensatez e ineficiencia populista que terminamos pagando todos.
Ojalá que este nuevo intento sea benéfico para la salud de los mexicanos. Veremos.