Alejado de las canchas y, aparentemente, de cierto blindaje -aunque no del todo-, el exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, enfrenta graves acusaciones y señales encontradas por parte de sus protectores, luego de su pésimo paso por la administración pública.
Sin el mínimo cuidado de las formas y con una urgencia desusada, el Congreso morelense destituyó al polémico fiscal Uriel Carmona Gándara, luego de que éste se atreviera a solicitar a la Cámara de Diputados el desafuero del exfutbolista y actual diputado federal morenista, quien entre otras cosas enfrenta la acusación de intento de violación de su media hermana, Nidia Fabiola, presuntamente ocurrido en diciembre de 2023 -en la casa de gobierno del estado-, quien ha pedido a la presidenta de la república, a la gobernadora y a Morena, “que no lo defiendan porque es un delito que él cometió”, que se haga justicia.
La secuencia de hechos revela fast track, pues el mismo día que el fiscal pidió el desafuero, se la aplicaron.
El congreso de mayoría morenista convocó a sesión extraordinaria para su destitución, como lo pidió la gobernadora Margarita González –y, aunque usted no lo crea, negó que tuviera que ver con la solicitud de desafuero-, bajo el supuesto de que ya no cumplía “con los requisitos de permanencia en el cargo”, y también colocó -por nueve años, con decisión del congreso-, a Edgar Maldonado, anterior consejero jurídico del gobierno estatal, que, curiosamente, encabeza las denuncias por corrupción en contra de Blanco.
Habrá que tener presente que, según se ha publicado, la fiscalía de esa entidad cuenta con 10 carpetas de investigación en contra de El Temo, y se mencionan presuntos delitos como asociación delictuosa y desviación de recursos (más de 40 millones de pesos, por lo menos).
El actual gobierno estatal morenista presentó un primer bloque de denuncias en materia administrativa y penal contra la pasada administración, también morenista. No hay otros a quienes echarle la culpa.
El Cuau carga con una larga cadena de señalamientos de múltiples irregularidades y asuntos de corrupción. Sin embargo, fue sostenido por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró: “Yo pienso que es un gran gobernador, Cuauhtémoc Blanco, ya lo dije, no me importa, es mi opinión, y me consta, ¿saben por qué?, porque todo lo que hemos hecho en Morelos, lo hemos hecho juntos”. Sí, es verdad, el desastre lo hicieron juntos, en eso que unos consideran lealtad, otros complicidad, y algunos más pactos de impunidad.
Cuauhtémoc Blanco está protegido por el fuero y cierto lopezobradorismo -pues hay cierta confusión-, por ello hay escepticismo sobre si seguirá contando con el apoyo oficial, como hasta ahora, o, por fin, se le aplicará la ley, más allá de las artimañas usadas a su favor. Se observa una operación desaseada comandada en esa entidad por la gobernadora, quien también presentó denuncias contra el anterior gobierno de Blanco; pero esta maquinación cobija también al señalado por ella. ¿Cambiaron las instrucciones?, ¿habrá justicia?, ¿continuará la impunidad?