La llamada elección del poder judicial de la federación 2025 se dirige tendencialmente a un estrepitoso fracaso –que la deslegitimará-, independientemente del galimatías oficialista de mentiras, errores y simulaciones; y creación de enemigos imaginarios, para disfrazar la toma del poder judicial que constituye, de suyo, un atentado a la procuración de justicia -por politización, partidización e injerencia de grupos de poder-, y a la aspiración de un sistema político democrático.

Es más que sabido que la venganza lopezobradorista y su ambición desmedida de poder -en favor de un hiperpresidencialismo opaco, sin límites ni contrapesos-, son los motivos reales para someter a este poder bajo la supremacía del Ejecutivo, negando la división y el equilibrio de poderes.

Esta elección judicial, la primera, ha sido descalificada por un buen número de especialistas desde que se conoció como capricho presidencial del demagogo de Macuspana (no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley); también por su inoperancia, durante el periodo de diseño formal -manipulación con tretas y anomalías-; y se advirtió su ineficiencia electoral, la cual estamos presenciando, por más demagogia que le unte el morenismo y secuaces que lo acompañan.

Son muchas las razones que se han esgrimido sobre su improcedencia, así como por las falsedades acostumbradas del populismo autoritario y antidemocrático. Asimismo, han quedado manifiestas las inconsistencias de este proceso extraordinario en muchos aspectos, desde los procesos de selección y participación de candidatas y candidatos, hasta las irregulares condiciones de competencia y la complejidad que enfrentará la ciudadanía que asista a votar. Independientemente, claro, de la intromisión de grupos diversos que ya han metido la mano y seguirán haciéndolo para obtener beneficios.

En el ambiente se percibe gran desconocimiento y poco interés de la ciudadanía – que no tiene posibilidades objetivas de conocer las candidaturas ni sus dichos o propuestas-, bajo un justificado clima de desconfianza. Además de lo expuesto, habría que añadir la falta de precampañas; número insuficiente de casillas -y lejanas-; boletas complejas e inusuales que dificultarán, aún más, estos comicios que incluye limitantes y absurdos. Esto mismo -se presume- hará que maniobras clientelares e ilegales se multipliquen para inducir y controlar sufragios. De hecho, ya lo estamos presenciando, al menos por incondicionales.

Y qué decir del espectáculo para obtener simpatías, mismo que cuestiona la idoneidad de ciertos aspirantes. Desde el de los chicharrones hasta la del vestido ajustado para lucir su figura, entre otros vistosos casos.

Salvo excepciones, y más allá de esto, hay personajes señalados como riesgosos, de acuerdo a trayectoria y/o nexos que les han descubierto.

¿Cómo se garantizará la formación profesional necesaria, la especialización jurídica insustituible y la imparcialidad y autonomía requeridas? ¿Cómo se evitará, deveras, un poder corrupto?

¿Qué esperar de un proceso viciado de origen?

Google News

TEMAS RELACIONADOS