La desacertada aprobación de la destrucción judicial lopezobradorista, a través de una aberrante reforma, tiene a oficialistas celebrando el adiós a la independencia judicial, paradójicamente, en el mes de la independencia nacional.

Como ofrenda y conscientes de que no obedece al deseo de procurar más y mejor justicia, sino a la ejecución de una venganza, no dudaron en mentir, amenazar y corromper para obtener la votación. Y, claro, -en medio de su cochinero- seguir hablando demagógicamente de autoridad moral, división de poderes y democracia.

Ocurrió lo que se temía, que mafiosamente doblaran a algunos –voto o bote-, aprovechando debilidades y/o complicidades, y otros ofrecieran sus genuflexiones por motivos parecidos. Así fue, uno por traición y otro por ausencia que -dijera el clásico- no es lo mismo, pero es igual.

Así, a los ya definidos como traidores -experredistas José Sabino Herrera y Araceli Saucedo-, se sumaron dos blanquiazules del clan Yunes (papá e hijo, Miguel Ángel Yunes Linares y Miguel Ángel Yunes Márquez), como había adelantado el columnista Ricardo Raphael, quien –incluso- citó una reunión previa de los Yunes con Adán Augusto López Hernández, donde se habría negociado impunidad ante órdenes de aprehensión y denuncias contra miembros de esa familia. De hecho, Citlalli Hernández, senadora y secretaria general de Morena, había adelantado que Adán Augusto efectivamente estaba negociando con los Yunes y era “altamente probable” que votaran con ellos.

Traicionando el sentido del voto que había comprometido públicamente, primero desapareció, después alegó problemas de salud –aunque, milagrosamente, apareció sano-, y ¡habló de principios!, sí, el mismo senador Yunes Márquez que había prometido: “no seré trofeo de Morena”.

La comedia Yunes-López Obrador pasó del odio al amor. Yunes Linares había llamado “loco”, “mentiroso”, “vividor del sistema” y “corrupto” al tabasqueño, mientras que éste había asegurado haber dado a conocer “una carpeta azul de todas las propiedades de Yunes en México y en el extranjero”, y agregó: “tiene Yunes abiertas dos investigaciones en la Procuraduría General de la República, por enriquecimiento ilícito”. Pero, mágicamente, todo se olvidó, y se acomodaron.

Dentro de la farsa oficialista, participaron el senador suplente de Movimiento Ciudadano (MC), Daniel Barreda, de Campeche, y quienes detuvieron a su padre el día de la elección. A decir verdad, pudo haber votado en contra –como después dijo que lo hubiera hecho-, si en verdad hubiera querido, por lo que acumula más y más sospechas.

El excandidato presidencial de MC, Jorge Álvarez Máynez, acusó a la gobernadora campechana, a Gerardo Fernández Noroña y también a López Hernández de haber participado en la jugarreta. Pero, el hecho es que no se presentó y contribuyó a la estrategia presidencial.

Aunque miembros de la mafia en el poder agraviaron al país, sabemos que la patria es primero y que, como señaló Agustín Basave Fernández del Valle, “México es el nombre de una esperanza humana”. ¡Viva México!

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