En los últimos días hemos sido testigos de un capítulo más de realismo mágico o, si se quiere, de surrealismo mexicano gracias a la ocurrencia de Ana María Castro Fernández, alcaldesa de Tultitlán, quien tuvo la brillante idea -sin consultar y como tributo demagógico- de designar a una colonia irregular como “LA CUARTA TRANSFORMACIÓN” -antes Fimesa 3-, misma que en su nomenclatura incluye, entre otras, las siguientes calles: BECAS BENITO JUÁREZ, AEROPUERTO FELIPE ÁNGELES, IMSS BIENESTAR, TREN MAYA, MEJORAMIENTO URBANO, JÓVENES CONSTRUYENDO EL FUTURO, REFINERÍA OLMECA, CORREDOR INTEROCEÁNICO, REFORMA LABORAL, REFORMA JUDICIAL, TURISMO COMUNITARIO, GUARDIA NACIONAL, YO TENGO OTROS DATOS, PARQUE LAGO DE TEXCOCO, BIEN PESCA, SALARIO MÍNIMO, TIANGUIS DEL BIENESTAR, INTERNET PARA TODOS, SOBERANÍA ENERGÉTICA, SEMBRANDO VIDA, REVOLUCIÓN DE LAS CONCIENCIAS, PENSIÓN PARA ADULTOS MAYORES, CANASTA ALIMENTARIA, SUPER FARMACIA, ME CANSO GANZO (así, con falta de ortografía) y ACÚSALOS CON SU MAMÁ -estas dos últimas ya desaparecidas-, entre otras.

La orgullosa militante de MORENA, de manera por demás ridícula, cambió el nombre de flores que tenían las calles por programas y obras gubernamentales, además de puntadas lopezobradoristas. Varias por demás vergonzosas, claro.

No obstante, la aduladora se aferra a su absurdo afán de llevar parte de las prédicas mentirosas del demagogo de Macuspana a esa colonia.

La inconformidad fue evidente, las protestas también. Una vecina expuso: “en vez de poner esos nombres, debieron ponernos nuestros servicios”; otro señaló que, si en verdad existe INTERNET PARA TODOS, “que me pasen la clave”; y habitantes se quejaron de haberse convertido en motivo de burlas pues, inclusive, los niños han sufrido comportamientos agresivos por ello. Luego vino el enfrentamiento violento con la policía -con heridos incluidos- porque decidieron retirar dicha nomenclatura, debido a los problemas y costos que les acarrearía realizar sus diversos trámites por la exigencia de actualizar o gestionar sus documentos (INE, pasaporte, cartilla de seguro social, licencia de manejo, y otras identificaciones).

Esta bobada no favorece el propósito de cualquier nomenclatura urbana que consiste en orientar eficazmente a los pobladores y definir con precisión las direcciones, así como su registro ante las autoridades. Por ello se han multiplicado las críticas, independientemente de pretender lopezobradorizar hasta las calles. Pero las tonterías también cuestan, ojalá que los costos de esta necedad se descuenten del salario de la morenista.

Qué sigue, pues una consulta a cargo de la autoridad electoral mexiquense, de esas que Morena nunca pierde y, cuando pierde, pues arrebata, como dice la canción y demuestra la experiencia. Vendrá la imposición, temen residentes.

La alcaldesa, caracterizada por crear problemas en lugar de ofrecer soluciones, se ha convertido en el hazmerreír, pero mañana puede ser una nueva heroína de la Cuarta Transformación. Así el surrealismo del poder morenista sobre esa colonia.

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