Uno de los grandes placeres que podía disfrutar un automovilista hace no mucho tiempo es viajar por carretera admirando los paisajes, haciendo escalas en algunos pueblos o caminos para comer algo, para mojarte los pies en un riachuelo o simplemente para tomar aire. Ahora ya no sabemos qué hacer. Lamentablemente, la inseguridad nos ha quitado esa tranquilidad de sólo revisar las llantas, el aceite o los frenos. Y qué lástima, pues según la Red Nacional de Caminos existen 176 mil 984 km de carreteras en México que bien podríamos recorrer si existiera la seguridad que el país pide a gritos. Dolosamente, ahora la recomendación aparte de no viajar de noche es que no hagas paradas, pues el modus operandi de las bandas delictivas renueva cada vez sus artimañas para asaltar, llevarse tus pertenencias, todos los aparatos electrónicos, el poco o mucho dinero que traigas en el auto. Eso si bien te va, pues también podrían dejarte a pie, claro, sin mencionar que, “toquemos madera”, cabe la posibilidad de no salir bien librado.

Nuestros caminos van desde el desierto hasta el mar. Cuatro de las carreteras más hermosas del país son la carretera transpeninsular de Baja California, con más de mil 200 kilómetros entre Tijuana y Los Cabos. En esta zona, desde 1942 se corre la carrera “Baja 1000” entre Ensenada y La Paz. Sigue la Tuxcueca-Mazamitla, con su follaje boscoso y sus distintas tonalidades de verde, no por nada es llamada “La Suiza mexicana”. Continuamos con la carretera que va de Tuxtla Gutiérrez hasta Coatzacoalcos, pues cruza la selva tropical con más biodiversidad del país, entre Veracruz, Chiapas y la Reserva de la Biósfera “Selva El Ocote”, cuyos árboles de caoba rebasan los 30 metros de altura. La posición número cuatro se la lleva el afamado “Espinazo del Diablo”, en la ruta Durango-Mazatlán. Pero lamentablemente así como tenemos caminos con paisajes majestuosos, contamos también con los que se llevan el cuadro de honor en inseguridad. La carretera Celaya-Ixtapa Zihuatanejo, la Puebla Córdoba, la autopista Matehuala-Monterrey, Morelia-Puerto Lázaro, el tramo Querétaro-Irapuato, Urracas-Matamoros y la que se lleva el premio mayor, la autopista México-Cuernavaca.

Sí, es importante revisar tu auto y que te asegures de que funciona perfectamente, no sólo por seguridad de quienes van contigo, sino para evitar la escala a mitad de camino. Es triste saber que muchos dejaron de pueblear por dicha razón. Debo confesar que una de las cosas que más disfruto de la vida desde pequeña es viajar por carretera. Me gusta admirar el panorama y la naturaleza que va sorprendiendo la mirada al pasar. Sin embargo, hace algún tiempo lo dejé , sobre todo si se trata de caminos largos y solitarios. Aunque no me cansaré de decir que una de las carreteras que más disfruto es “La escénica”, que va de Tijuana a Ensenada, Baja California, la vista es simplemente espectacular.

Queridos lectores, qué frustrante es esta realidad. Ojalá regresaran aquellos tiempos en los que las recomendaciones eran sólo revisar que el auto estuviese al 100. Entre los asaltos, ataques a mano armada y desapariciones, es todo un dilema decidir si tomar carretera o no. ¿A ustedes cómo les ha ido con esto?

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