Hablar de una exposición que te relata la historia de los Ángeles y Demonios, es aquella que permite querer inundarnos de simbolismos no solamente religiosos, si no de aquellos que tratan de romper el tema de la libertad como reflexión en la condición humana para lograr llegar un plano trascendental más ligero.

Se dice que hay seres intermediarios entre Dios y el mundo, y que estos, han tenido múltiples rostros en la historia de la cultura, se les conoce como ángeles, genios egipcios, ángeles judeocristianos, todos ellos han protagonizado un colectivo imaginario de todos los tiempos.

Todos ellos tienen un mensaje que darnos, unos más buenos, otros no tanto como el ángel caído “Lucifer”, pero que al final llenan de iconografía nuestro vínculo con esta doble mirada entre el ángel sagrado y el profano.

A casi dos semanas de que finalice la exposición titulada Ángeles: Las huestes celestiales en la Tierra, a cargo de algunos artistas como Cristóbal de Villalpando, Miguel Cabrera, Juan Soriano, y Javier Marín, entre muchos otros autores que va del siglo XVI a lo contemporáneo, quienes le imprimen a cada una de sus obras, ya sea a través de la pintura o escultura, una devoción que une al arte novohispano con el moderno, en el Museo Nacional de Arte de México (MUNAL).

Cristóbal de Villalpando, -pintor mexicano de los más reconocidos en el arte barroco del mundo español-, Miguel Cabrera, -artista reconocido por su trabajo a mediados del siglo XVIII, pintor en su mayoría de temas eclesiásticos-, Juan Soriano, -pintor, dibujante, escultor y escenógrafo, posiblemente mejor conocido por la escultura titulada “Luna”, que vemos afuera del Auditorio Nacional, o por su obra “La Paloma” localizada afuera del Museo de Arte Contemporáneo (MARCO)-, Javier Marín, otro grande escultor contemporáneo que destaca por su obra a gran escala, quien además cuenta con la Fundación “Javier Marín”, para apoyar a artistas emergentes y que podemos ubicar mejor su obra por su creativa manera de representar sus efigies con un toque de ángel, tal cual lo vemos en la parte de arriba de la Fundación Cultural Aldhebarán o en el nuevo museo ubicado en la calle de Madero “M108”, ambos lugares, ubicados aquí en Querétaro.

Todos estos artistas llenan esta magnífica muestra con unas pinceladas que dejan ver unas huestes celestiales, que permiten querer conocer más de estos portavoces y figuras de combate, como defensores de las leyes divinas.

Casi y sin hacer más spoiler para quien no haya visto aún esta muestra, les cuento que hubo algo que llamó mucho mi atención casi al finalizar la exposición y que llevaba tiempo buscando y fue el pedazo de la “Victoria Alada”, que realizó el arquitecto Antonio Rivas Mercado, -artífice del Ángel de Independencia-, el cual cayó de su columna de Independencia a causa del catastrófico sismo de 7.8 en escala de Richter en el año de 1957 y que tenía ganas de saber donde se encontraba.

Resulta que yo siempre creí que ese Ángel, que veía cuando pasaba por Paseo de la Reforma, era el mismo de todos los tiempos. Sin embargo, una vez, por azares del destino, leí que no era así, que se había caído con el temblor del ´57, y que se encontraba ahora en el Archivo Histórico de la Ciudad de México, localizado en la Casa de los Condes, lo cual convirtió al archivo en el custodio de esta pieza mexicana de la historia mexicana, pero que ahora la efigie se localiza en el Munal.

Este “Niké”-emblema representativo de la Ciudad de México-, ícono por excelencia de la gesta de Independencia, el cual fue erigido en el marco de los festejos de los festejos por el centenario del movimiento armado de 1810, no por nada fue considerado un representante de la arquitectura mexicana de finales del siglo XIX y principios del XX, lo podemos ver en esta exposición, casi al finalizar la muestra de los ángeles, la cual podrán ver hasta este 8 de septiembre en la CDMX, en la calle de Tacuba no. 8.

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