Mientras el mes pasado el artista chiapaneco, Fabián Cháirez, desafiaba de manera controversial las normas tradicionales “religiosas” mientras compartía su exposición “La venida del señor”, en la Academia de San Carlos de la UNAM, esta le fue suspendida, y tuvo que ser el mismo gremio cultural quien saliera a su defensa, al no considerarla violenta, ni ofensiva, como se decía, sino al contrario, se le consideró a Cháirez como un artista libre de presentar un proyecto libre de llevar a cabo dentro de la perspectiva de las artes en la CDMX; y al menos así también lo expresó el Juzgado Sexto de Distrito en Materia Administrativa, quien solo le otorgó una suspensión temporal; sin embargo y mientras eso pasaba hace unos meses un poco antes de lo acontecido con Cháirez, la artista Andrea Valdés, aquí en Querétaro ya había presentado la muestra “Adorada seas sin ser” en la galería de la facultad de artes sin causar ningún estrago por lo que ella nos presentaba.

Si bien la temática que nos presenta Andrea Valdés es más visceral y personal, crea cuestionamientos que ha tenido a lo largo de su vida, con la religión, con el cuerpo y la feminidad, habla más en su obra sobre los diálogos que existen sobre el sufrimiento sin respuesta, sobre la libertad y la voluntad. Hay un interés muy fuerte con la materia y con la puerta expandida y que mejor que verlo a través a través de la resina, quienes se encargan de hacerse ver como si estuvieran vivos.

Se juega en cada una de las imágenes, una representación de mujeres que han sido “santas”, y la manera en que las concebimos como espectadores es como si se tratara de poder mirarla con esta técnica de la resina como una ventana abierta, que permite adentrarnos en el dolor que padece cada una de estas mujeres retratadas, cada material iconográfico utilizado es un arma colocado justo para justificar el color que sufre cada una de las estas mujeres inmaculadas.

“Adorada seas sin ser”, ya ha sido expuesta anteriormente en la facultad de artes de la UAQ, en la galería Agustín Rivera, y ha causado una controversia al mirar a cada uno de estos personajes que han sido tratados con un detalle demasiado meticuloso, y verla ahora después de los de Cháirez, es un verdadero placer y gusto saber que ha logrado contar también por algunas personas por algo de controversia por la parte religiosa.

La obra que representa Valdés, es el resultado de años de investigación y reflexión sobre cómo las mujeres miran al cielo y buscan confrontar sus deseos, sus juegos de gloria y pasión, con diálogos llevados desde el plano del erotismo y el placer en cada una de cada obra, otorgándole a cada una empoderamiento y libertad, mediante una técnica como la resina, la cual funciona de espejos que hacen vibrar por cada una de sus capas al espectador, porque los hace sumergirse en la sensibilidad que ata cada uno de los objetos que detienen a cada una de las mujeres que se les representa de manera dolorosa.

El formato que utiliza Valdés, está hecho con base a un trabajo de investigación, que trabaja con voces clásicas que, mediante el éxtasis que sentían mediante la tortura, seguirían por proceso de reivindicación de mujeres martiriales para ser perseguidas en los primero IV siglos, y posteriormente se les hacían estos procesos de tortura hasta llegar a la apostasía, con el fin de que negaran su renuncia a la fe en Dios. Estos relatos de estas mujeres, son súper interesantes, son algunos diálogos sacros mexicanos íconos de mujeres reales, sobre la línea de lo que creemos que debe ser, la elección de la libertad y la femineidad.

Las estructuras que ellas trabajaban eran las del juego del erotismo, el cual era un juego de poder, donde ellas podían decidir si querían sentir el gozo y al mismo tiempo control del panóptico de esta idea de un Dios controlador, como un tipo de sometimiento, volviéndose en un ser vulnerable, y al mismo tiempo muchas de estas imágenes la religión pudo haberlas tomado como algo relacionado como el fanatismo y vemos ahora como imágenes que no sabemos la realidad de cada una de las vírgenes o mártires y siguen siendo un objeto o símbolos de lo que vemos en espacios públicos y vemos esto como una idealización en el tiempo en la humanidad y más en estos tiempos, donde todavía podría provocar un poco de incomodidad.

Tal vez, para algunos este tema pueda ser un poco fuerte, pero lo cierto, es que ayuda a la reflexión mediante el diálogo que comparte con el espectador y podrán apreciar parte de su obra en la galería Expo Sitio galería artística de Allende todo el mes de abril.

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