A nadie le importa ni lo que pienso, ni lo que sueño”, Fernando Garrido.
Algo así fue lo que pude leer al conocer las paredes del estudio del artista, y que llamaron mi atención.
Fernando es un artista originario de la CDMX, experto en las plásticas experimentales y conocido por ser el mago creador de mundos paralelos, rey de la alquimia y de los seres extraños que habitan en algunos sueños.
Es un artista que logra plasmar en sus cuadros una historia para cada personaje, tiene el don de que logres imaginarte como sería el poder entablar una plática profunda con esos seres, para conocer la conexión que existe entre ellos y con ello conocer la aventura que esconde detrás de cada miembro del cuadro que tienen entre ellos nmismos, mucho que contarle al espectador.
Tener una obra de Garrido es algo exquisito, es de esos artistas que seduce con sus creaciones y te provoca estar viendo su trabajo por horas, hace que quieras adoptar a sus personajes y seguirlos contemplando por largo tiempo para entender la literatura profunda que esconde. Algo característico en él es la sobriedad en el uso de su paleta de colores, acompañada de un microcosmos visto mediante sus burbujas que dan como resultado una implacable obra tanto pictórica como escultórica.
Fernando Garrido es considerado por sus amigos los críticos contemporáneos como un mago, usa con ejemplar maestría su técnica barroca, al estilo de Goya, misma que ya en nuestro estado cada vez es un gran referente con artistas que la emplean.
En su reciente trabajo pictórico cuenta con una serie obras maestras, entre ellas está el “transmutador de sueños”, nombre que sus amigos Sergio y Gonzalo n ponerle al ver su obra, al ser un personaje solitario que se encuentra recargado en una piedra, tiene una mirada misteriosa y lleva en su cabeza una corneta con carga de ilusiones, las cuales son vistas a través de las burbujas. En esta serie, Garrido presenta a viejos y nuevos personajes listos para contar los secretos que emergen en sus cuadros o, al menos, es lo que yo me imagino.
En la parte alta de su estudio, Garrido comparte en alguno de sus muros algunos cuadros al estilo Marc Chagall, en el Museo de la Ciudad de la CDMX, así como frases con pensamientos que resuenan en su cabeza y que lo inundan de una inspiración tal, que su infinidad de pensamientos son reconstruidos en sus cuadros.
Tan grande es el talento del maestro que se antoja ver a sus pequeñas creaciones en un cortometraje o en un performance; me imagino verlos salir del cuadro, presentándose en escena para escuchar sus voces y que nos cuenten qué se siente vivir allí, hasta el punto de conocer hasta sus nombres, lograr encariñarse más con los personajes y tener un 3D de peluche en casa.
La sencillez con la que Garrido nos abre las puertas, da pie a seguirse sumergiendo en cada uno de sus bocetos, la música sin duda es una de sus otras pasiones, la cual usa para acompañar cada uno de sus trazos, la noche su amiga y su aliada, acompañado de Hulk —su lomito— hace que el maestro Garrido nos siga compartiendo un poco de su fascinante y misterioso mundo, el cual esperamos seguir conociendo y que mejor que esta nueva serie que pronto estará por recorrer algún punto en nuestro estado.