No me cansaré de recordar el mejor momento de México en los Juegos Olímpicos. Octubre se convirtió en el mes en que se escribió el capítulo más grande que ha tenido el deporte de nuestro país en la máxima justa.

No podemos olvidar, cuando menos la gente del deporte, que en 1968, México se alzó con nueve medallas en los Olímpicos: Tres otros, tres platas y tres bronces. Por esta razón, este mes es tan representativo para la gente del deporte nacional.

Sé que después de 56 años habrá poca gente que muestre interés en recordar lo que sucedió en esta justa deportiva tan increíble para México. En 1968 ya se estaban celebrando los Olímpicos desde el 12 de octubre, con grandes resultados para los deportes acuáticos del país.

En clavados tuvimos el gran resultado de Álvaro Gaxiola, con la plata en la plataforma. Desgraciadamente, mi amigo Luis Niño de Rivera quedó en cuarto lugar en trampolín de tres metros.

En natación, el licenciado Felipe Muñoz logró la medalla de oro en 200 metros pecho, con un tiempo de 2:28.07, que hizo que toda la instalación acuática de la Alberca "Francisco Márquez" retumbara ante esta hazaña. Pocos esperaban que ganara una medalla, pero el trabajo y lo planeado junto al entrenador Ronald Johnson fue algo épico.

Johnson estaba seguro de que Muñoz podría obtener un oro después del resultado obtenido días atrás en Santa Clara, California. Y así fue, le ganó a Vladimir Kosinsky y Brian Job, quienes quedaron en segundo y tercer lugar en dicha prueba.

De igual manera, antes de los Juegos, en Santa Clara, otro nadador mexicano, Guillermo Echeverría, rompió el récord del mundo de los 1,500 libres. Desgraciadamente, por la presión que sufrió en el tema mediático, no logró repetir esa hazaña del récord del mundo en los Olímpicos.

Esa fue la única prueba a la que asistió el Presidente de la República Mexicana en aquel entonces, y desgraciadamente Echeverría quedó en el sexto lugar. Lo más desagradable fue la rechifla en la Alberca Olímpica, cuando nadie tiene el derecho de abuchear a un joven que había hecho todo por su país.

Hoy estamos festejando 56 años de que los deportes acuáticos hicieron una gran historia. Estamos festejando, como lo hemos hecho cada cinco años desde los Juegos, aunque desde el año pasado se decidió que esta reunión entre todos los atletas acuáticos de México 1968, se realice año con año.

Quiero felicitar a todos los nadadores, clavadistas y waterpolistas de México 1968 por su gran hazaña. Este festejo es algo que no queremos dejar de hacer. Es el único gremio que año con año repite esta fiesta en la que nos acordamos de aquellos Olímpicos.

Esta gran iniciativa que inició Niño de Rivera, un gran clavadista y empresario, que se convirtió en un gran protagonista narrando clavados en los Juegos. Luis nos ha puesto la muestra de cómo se debe organizar un evento para este grupo tan impresionante que le dio a México algo muy bueno.

No he escuchado en medios el recuerdo deportivo de los Olímpicos de México 1968, pero nosotros sí lo conmemoramos, porque sabemos todo lo que se trabajó para llegar a lo que sucedió en aquellos grandes Juegos para nuestro país, y por eso festejamos estos 56 años con quienes aún vivimos para recordar aquellos días de gloria.

Profesor

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