Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de América (EUA) han concluido. Tras horas de votaciones, llegamos a un resultado que parecía inevitable. Donald Trump venció a la demócrata Kamala Harris y se convertirá en el próximo inquilino de la Casa Blanca. ¿Qué impactos supondrá para México?
Para México, el presidente electo tiene la intención de efectuar múltiples cambios preocupantes en varios rubros de la política estadounidense actual, como lo es el área comercial, de seguridad y migratoria. Sin duda, esto pondría en aprietos a la administración de Claudia Sheinbaum.
En materia comercial, Trump ha encaminado una narrativa proteccionista que le sirvió para ganar votos. Sugiere imponer aranceles del 10% al globo, pero para México sería del 25%, en caso de que el gobierno de Sheinbaum no detenga el flujo migratorio, situación que parece sumamente difícil, considerando las tendencias migratorias mexicanas y sobre todo centroamericanas de los últimos años.
En paralelo, un tema central para el republicano es renegociar el T-MEC en 2026 y sería claro cuál es el principal punto para él: reducir el nearshoring para México. Tras la pandemia, muchos países quedaron severamente impactados en su economía por el cierre provisional y total de empresas, limitando los flujos comerciales. Para no caer en el mismo escenario, muchas compañías se han establecido en espacios cercanos a donde se planea vender el producto manufacturado. Eso ha beneficiado a nuestro país con la llegada de capital extranjero, particularmente estadounidense y chino.
En tal contexto, si bien las actividades económicas en México han crecido y generado mayor productividad para el país, representan un riesgo y una competencia para las empresas estadounidenses. Por ende, sería lógico que para la política económica proteccionista que planea llevar Trump, renegociar este punto en el T-MEC sea una prioridad.
Para la política de seguridad, Trump ha señalado que solucionaría el problema del fentanilo en EUA con una intervención militar en México, luego de considerar a los grupos narcotraficantes como grupos terroristas. No podrían ser equivalentes, pero más allá de eso, y de tomar en cuenta que en gran medida esos comentarios van dirigidos a sus electores, intervenir de esa manera en nuestro país sería sumamente complicado, puesto que conduciría a romper una relación de dos siglos que resulta económica y geopolíticamente trascendental.
Lo que en cambio sí puede ser más factible es el incremento en el número de agentes de la policía fronteriza para aumentar la seguridad con México. Esta acción se empalma con la política migratoria que planea ejecutar.