En los días pasados hemos encontrado varias notas que muestran los primeros nombres de quienes formarán el gabinete de algunas alcaldías en Querétaro. Esto muestra los preparativos que varios ganadores de las elecciones del pasado 2 de junio han encaminado de cara al inicio de su gobierno. Sin embargo, esos no son los únicos movimientos que debemos prestar en la actualidad de la política mexicana.

Las elecciones del pasado 2 de junio fueron las más grandes de la historia de México. La población mexicana decidió en las urnas quiénes serían sus representantes para los siguientes tres o seis años, dependiendo del puesto en la contienda. Hoy en día sabemos con claridad y sin lugar a dudas los resultados de los varios comicios efectuados a lo largo y ancho del país y, tras unos meses, muchos de los ganadores tomarán protesta en las próximas semanas.

Tal es el caso en Querétaro, donde se eligieron 18 presidencias municipales. A diferencia de otras entidades federativas con un equilibrio mayor de fuerzas políticas, en este estado predomina el apoyo hacia el panismo, que usualmente logra hacerse de los puestos de elección popular votación tras votación. Por ejemplo, en este 2024, el PAN logró vencer en importantes municipios del área conurbada, como es el caso de Corregidora, El Marqués y la misma capital, además de San Juan del Río y Huimilpan.

Así, se han presentado noticias en los días recientes en torno a las personas que formarán parte de los gabinetes de los nuevos gobiernos. Los equipos de transición tendrán una labor complementaria, puesto que coadyuvarán al conocido proceso de entrega-recepción de las administraciones para continuar con proyectos y compromisos. De esta manera, el panismo, con calma, está perfilado a comenzar una nueva serie de administraciones.

Sin embargo, no debemos olvidar que los entornos han cambiado en los últimos años en todo el territorio nacional, de tal suerte que algunas entidades con dominio de ciertos partidos tradicionales o longevos ahora tengan una competencia más férrea con el partido oficialista. Ese es el caso de Querétaro. Si bien el PAN logró vencer en varias alcaldías, lo cierto es que las fuerzas emecistas y —aun más— morenistas en el estado han crecido significativamente, poniendo en aprietos al partido albiazul.

En este contexto, el panismo en Querétaro no debería confiarse del triunfo general que obtuvo el 2 de junio en las urnas, ni debería obnubilarse por el inicio de sus nuevos gobiernos en los ayuntamientos del estado, sino que debería reflexionar en aquello en lo que podría mejorar para enfrentar de manera más satisfactoria a sus rivales políticos. Para el PAN, ahora es momento de avanzar en sus administraciones, pero también de defenderse de los embistes de sus rivales más cercanos.

Por otro lado, tanto Movimiento Ciudadano, que ha gozado de un crecimiento interesante en los últimos años, y Morena, cuyo dominio en el país es indiscutible, tendrían que mantener la lucha latente en una entidad federativa que parecía inamovible en sus colores políticos. Después de tanto insistir, poco a poco se abre la oportunidad para que influyan más en el estado y, con ello, aminorar el poder del panismo. Es cierto que las elecciones ya transcurrieron, pero ahora sería el momento en el que deben redoblar esfuerzos y atacar para continuar con su cometido.

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