No cabe duda de que el próximo año marcará un antes y un después para nuestro país. Las elecciones presidenciales que se celebrarán en junio serán las más grandes en la historia de México por múltiples razones. Una de ellas es porque su resultado dará continuidad al gobierno de la 4T; o bien, permitirá una nueva transición política hacia las fuerzas de oposición. Es por ello por lo que hoy en día las negociaciones cobran una elevada importancia para obtener más apoyo y que la balanza se acomode a un lado u otro. ¿Qué diálogos en este sentido se han efectuado y cuál es el impacto en la política?
Las elecciones presidenciales de México están a la vuelta de la esquina y por ello hemos encontrado más movimientos y declaraciones en la política mexicana. Cualquier comentario o acción recibe ahora más y más atención y, de la misma manera, sus impactos son más amplios y albergan una incidencia de mayor peso. Por ejemplo, ahora las negociaciones entre políticos son más cruciales porque ayudan a definir el panorama político de cara a un evento muy próximo.
En este contexto, hay varios movimientos y alianzas que han realizado algunos políticos. Por ejemplo, hay priistas de amplia trayectoria en el partido que en su momento su militancia se mostraba como lo más importante para ellos. Sin embargo, en recientes días hemos visto cómo muchos se han inclinado hacia Morena como si nada hubiese pasado en el PRI.
El apoyo que estos priistas han manifestado hacia el partido oficialista es interesante por tres razones en particular. La primera es que muestra la naturaleza de la política mexicana: el llamado “chapulineo”, en la que un día una persona representa con capa y espada unos colores políticos y al subsecuente, sin mayor explicación, pero con muchos intereses de por medio, puede apoyar otro partido totalmente diferente en sus propuestas e ideología. Vaya desarrollo de personaje.
Una segunda razón es que, nuevamente, vemos cómo el PRI ha alimentado a Morena. La alineación, las alianzas o, en su caso, integración de priistas a las filas del partido guinda se repite otra vez, pero en este momento cobra mayor relevancia. A pesar de ello, no se nota que en Morena alguien, ni el mismo Presidente de México, haya criticado esta situación. Recordemos que, según el mandatario, el partido tricolor era lo peor de la política del país, forma parte de la mafia del poder e incluso hizo mucho mal a la sociedad. Ahora la 4T tendría ese apoyo que tanto denostó Andrés Manuel López Obrador.
Finalmente, la tercera razón representa impactos significativos y directos para las elecciones. Las alianzas e integración de políticos priistas con Morena, particularmente con Claudia Sheinbaum, significan un cambio en la balanza del soporte electoral en favor de ella y en contra de la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez. No es menor, puesto que para la carrera presidencial se necesita todo el respaldo que sea posible. En este caso es más impactante, puesto que sería un apoyo que se movería de una candidata a otra. Como segundo punto aquí, sería posible que también tuviese consecuencias para los comicios para la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Nuevamente, el PRI sería factor en las elecciones, ahora apoyando al partido oficialista.