Niels Rosas Valdez

Opinión. Efecto rebote para Morena

Ebrard ha tenido que analizar sus opciones y tomar una decisión para su futuro.

Marcelo Ebrard

Luego de conocer quiénes protagonizarán las elecciones presidenciales de 2024, se han suscitado varios movimientos interesantes. El apoyo hacia Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum varía en cada estado, según la estructura que tengan los partidos políticos. Sin embargo, ésta podría modificarse. ¿Qué lo impulsaría?

Tras meses de intriga y unas semanas recientes envueltas en polémica y controversias, el partido oficialista eligió a quien ostentaría su candidatura de cara a los comicios del próximo año. Luego de una férrea competencia, especialmente contra la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard tuvo que hacerse a un lado ante la derrota en el proceso de selección morenista. De manera complementaria, los otros competidores en el proceso dieron su respaldo a la elegida e incluso se sumaron a su campaña, por lo que se podría hablar de unidad en ese sentido.

En consecuencia, el escenario nos invita a pensar que Sheinbaum adquirirá todo el apoyo de Morena, sus militantes y simpatizantes para las elecciones presidenciales. No obstante, la situación no es tan lineal como se esperaría, ya que, si bien la candidata ha absorbido el respaldo de muchas facciones morenistas, hay algunas, como la que sigue a Ebrard, que se mantienen al margen y que podrían caminar por otra vereda política. ¿Por qué?

A pesar de la poca transparencia e irregularidades que denunció y citó en múltiples ocasiones el excanciller en el proceso de selección dentro del partido oficialista, la decisión de apuntar a Sheinbaum como candidata de Morena a la Presidencia del país se ha mantenido sólida entre los militantes del partido y sus liderazgos. En este contexto, Ebrard ha tenido que analizar sus opciones y tomar una decisión definitoria para su futuro político.

Una de sus primeras reacciones ha sido señalar que no tiene cabida en Morena. Tal declaración ha sido complementada con su decisión de formalizar su asociación llamada “Movimiento Progresista”, que podría devenir en partido político en los años venideros, por lo que no participará en las elecciones presidenciales de 2024. Sin embargo, hoy en día, y en los próximos meses, esta agrupación podría funcionar como una estructura política que apoye a una candidata o a otra.

De esta manera el apoyo en Morena hacia Sheinbaum no es del todo completo, situación que puede reflejarse en el resto del país de acuerdo con el lugar. Es posible que en ciertas entidades federativas en las que existía más cercanía hacia Ebrard, el respaldo morenista no se traslade directamente hacia la hoy candidata del partido y sí, en cambio, hacia otra candidatura.

Eso sería de enorme ayuda para Gálvez. Ella mantiene un apoyo significativo en el país, pero el impulso que pueda tener de la estructura de Movimiento Progresista le colocaría en una mejor posición para competir con la actual favorita en las elecciones presidenciales. De suceder, sería un efecto rebote para Morena: no sólo habría dejado ir a un miembro de peso en la llamada 4T, sino que el desdén de los líderes del partido oficialista hacia él le podría significar una pérdida de votos en los comicios por la Presidencia del país, alimentando a la oposición política. No es el efecto que esperan los morenistas, pero es una posibilidad a raíz de las decisiones que desde la cúpula del poder se tomaron.