Tras las renuncias a sus puestos de los precandidatos morenistas a la Presidencia en 2024, se han generado sus primeros encuentros con la población. Los cuatro aspirantes han comenzado sus campañas con ahínco y energía para cautivar al electorado. ¿Cómo han sido recibidos en los diversos espacios a los que han visitado? ¿Qué impactos tiene para la carrera interna en el partido oficialista?
La política en México ha tomado un nuevo revulsivo luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador instara a las llamadas “corcholatas” a desprenderse de su cargo con el fin de que compitieran libremente entre sí, de cara a la elección interna de Morena. Uno a uno, los cuatro funcionarios abandonaron sus puestos y apelaron a sus apoyos y estructuras para encaminar sus campañas en varios puntos del país.
Ningún precandidato ha perdido el tiempo. El excanciller Marcelo Ebrard visitó Sinaloa, Hidalgo y Jalisco, entre otras entidades. Por su parte, la exjefa de Gobierno realizó mítines en la Ciudad de México, Tlaxcala, Oaxaca y demás. Por otra parte, el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, efectuó giras en Querétaro, San Luis Potosí y Guanajuato, entre otros estados. Finalmente, el exsenador Ricardo Monreal, hizo lo propio en Puebla, Zacatecas y el Estado de México, por mencionar algunos.
Las visitas de los precandidatos continuarán en las siguientes semanas en el resto del país a medida que la logística de sus equipos y compromisos lo permita. En cada espacio, el cuarteto ha encontrado apoyo de su base, pero también de otros transeúntes que decidieron conocer un poco más de los proyectos de los interlocutores. Ese ha sido uno de los principales intereses de los líderes morenistas, les permite diferenciarse de los demás y enfatizar lo trascendental que serían como Presidentes, de ser elegidos.
En este contexto, la estrategia ha sido inicialmente una muy similar. Claro que diferenciarse es muy importante porque permite mostrar la unicidad de sus propuestas y maneras de pensar. Sin embargo, hay un común denominador: mencionar que su gobierno representaría la continuidad del proyecto de López Obrador. Esto es sumamente relevante, puesto que es innegable que el líder morenista que ha sido seguido por muchos mexicanos y se ha evidenciado año tras año que es la base central de Morena. Por ende, votar por alguno de ellos significaría refrendar el legado del actual mandatario y ello generaría puntos para quien lo diga.
Por otra parte, además de señalar la cercanía ideológica con López Obrador, en algunos discursos los precandidatos han buscado evidenciar lo que para ellos son los errores o puntos débiles de sus contrincantes. Claro, los ataques entre el grupo de cuatro no han sido tan severos por ahora, en gran medida para mostrar unidad morenista entre la competencia, algo que seguramente el Presidente les solicitó.
No obstante, a medida que la competencia se acerque a su final y aumente la preocupación o los números no sean los que esperan los precandidatos, no sería descabellado pensar en que recurrirían a las prácticas habituales de quienes compiten por un puesto político, a pesar de la posible indicación del mandatario. La recompensa es muy elevada, nadie querrá perder la oportunidad de mejorar su posición a costa de los demás.