Los días 28, 29 y 30 de octubre se celebrará el primer Congreso Internacional de Movilidad Humana, Protección Internacional y Desplazamiento forzado en la Universidad Autónoma de Querétaro. Hablar acerca de estos temas en diferentes contextos es de suma importancia para comprender el panorama global, nacional y local, pero también para encaminar acciones que abonen a su atención. ¿Qué beneficios nos puede brindar este tipo de actividades académicas?
Uno de los principales temas de la actual agenda internacional es, sin lugar a duda, la movilidad humana. El tránsito libre de personas es ejercido por millones alrededor del mundo, permitiendo configurar migraciones de diferente naturaleza. En este contexto, la migración ha sido observada de diferentes maneras a través del tiempo.
Por ejemplo, si tomamos en cuenta la proveniente de países europeos hacia Estados Unidos en los siglos 17 y 18, podemos identificar que fue considerada apremiante y necesaria. No obstante, en tiempos actuales, ha sido una práctica que ha preocupado a muchos gobiernos a lo largo y ancho del globo, quienes la han catalogado como un problema que debe ser atendido eficazmente, incluso por medios violentos.
Más allá de las respuestas que los estados puedan encaminar, debemos comprender que la migración es un fenómeno inherente a la condición humana. La circulación y desplazamiento de personas es una acción que nos ha caracterizado como humanidad en la historia. Al paso de los milenios podemos identificar incontables veces en las que grupos de individuos migran para encontrar mejores entornos, oportunidades y tranquilidad para su desarrollo. Sin embargo, las respuestas de muchos gobiernos entorpecen y, en muchos casos, rechazan la movilidad humana, generando problemas muy severos para grupos vulnerables.
De esta manera, la protección hacia personas migrantes puede ser variada. En algunos casos se puede conseguir, pero en otros, no se garantiza. Esto cobra mayor gravedad cuando las razones de la migración dan cuenta de desplazamientos forzados por cuestiones de violencia severa o conflicto en el lugar de origen. Por ende, la comprensión de los gobiernos en torno al seguimiento, acompañamiento y protección hacia las personas migrantes debe ser puntual y comprometida.
Debemos recordar que no es un tema de menor importancia. Por un lado, la atención y protección hacia las personas que ejercen la movilidad humana es una labor que deben hacer los países tanto de manera individual, como colaborativa. Por el otro, el punto medular de esta acción y protección debe nacer de la definición y elaboración de políticas públicas más comprometidas.