En los pasados días, las autoridades federales, encabezadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, anunciaron que apoyarán al gobierno del estado, liderado por Mauricio Kuri, con las obras del tren que conectará la entidad queretana con la Ciudad de México (CDMX). Es una noticia esperada por muchos, puesto que generaría numerosos beneficios para muchos.

El crecimiento de Querétaro ha sido progresivamente notable. En un lapso de 20 años, la entidad ha sido receptora de una enorme cantidad de migrantes nacionales, pero también de otros países. Y de la misma manera, la entidad ha captado cifras muy elevadas de inversión nacional e internacional, lo que ha detonado el desarrollo económico y social en el estado.

En general, las favorables condiciones económicas y sociales en Querétaro le han permitido ser identificado como un lugar para gozar de un ritmo de vida más tranquilo y cómodo. Eso precisamente ha atraído a muchas personas, que migran a la entidad con la esperanza de encontrar mejores trabajos y sueldos, así como una mejor calidad de vida, de servicios y de espacios recreativos.

A raíz de este panorama, Querétaro también se ha convertido en un espacio de convergencia para muchas familias y empresarios que vienen de múltiples partes del territorio nacional. Esto provoca que las vías de comunicación se comiencen a transitar con mayor fluidez e incluso que se saturen, como es el caso de la carretera 57 en el tramo que conecta con la CDMX.

Si bien es cierto que esta vialidad permite la interacción entre la zona conurbada queretana, llámese Querétaro, El Marqués, San Juan del Río, Tequisquiapan e incluso Corregidora, también se registra un elevado tránsito vehicular con la capital del país. Quizá hace un par de décadas este movimiento no representaba mayor problema de congestionamiento, pero hoy en día, con el significativo incremento del tráfico ha provocado severos riesgos para quienes transitan en esa zona.

Lamentablemente, hemos notado numerosos accidentes graves y otros fatales en la carretera 57, situación que por muchos años ha sido condenada por parte de conductores. Si bien, la pasada administración gubernamental en Querétaro manifestó tener la intención de encaminar la construcción del tren hacia la CDMX, hoy en día el proyecto puede asegurarse entre el gobierno queretano y la administración federal actuales.

Tomaría algunos años para ser terminado, pero sin duda sería una buena opción para conectar la capital del país con Querétaro, lo que aligeraría el tránsito en la carretera 57 y así las probabilidades de un accidente también caerían. Por otro lado, la facilidad de conexión podría mejorar las opciones y condiciones de inversión para la entidad, atrayendo a más empresarios. Asimismo, una mayor disposición en la comunicación y traslado de personas podría colocar al estado en el mapa para empresas que desconocen su ambiente económico, social y de infraestructura.

Esperemos que la obra pueda, en efecto, traer los varios beneficios que se estiman de ella para la población en la región. Para ello, será importante la comunicación entre los dos niveles de gobierno. Quizá ahora, con la nueva administración federal, sea más fácil y amena esta interacción, por lo que se puede prever un mejor escenario de colaboración para atender una de las necesidades de un estado en crecimiento vertiginoso.

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