Las elecciones presidenciales se acercan y con ellas, los primeros movimientos en la política mexicana para determinar a los candidatos que aparecerán en la boleta el siguiente año. Hoy en día encontramos varios precandidatos, pero el futuro de la contienda electoral ya no es tan certero para los morenistas, sobre todo con la integración de Xóchitl Gálvez a la carrera presidencial. ¿Es por fin un reto para Morena?

Tras las aplastadoras victorias que ha obtenido Morena desde 2018, se esperaría un triunfo asegurado para quien apareciera de sus candidatos en la boleta presidencial. Pero el panorama ha cambiado. Sus cuatro precandidatos han fallado en aumentar sus índices de popularidad en el país, producto de varias cuestiones, como la falta de propuestas cautivadoras y el acercamiento de las personas. Claro que otras razones, como entrevistas que no salen a modo y se consideran “violentas”, o de proyectos de seguridad que atentan contra las libertades de los individuos, también han mermado la opinión pública que se tiene sobre los precandidatos.

Pero, por otra parte, otro factor que ha incidido en el panorama político del país ha sido la movilización de la oposición. El PRI, por ejemplo, ha sufrido un abandono complicado por parte de muchos de sus militantes, situación que probablemente se agrave en los siguientes meses, lo que mermaría a las fuerzas que rivalizan con Morena. No obstante, ha surgido un nuevo liderazgo que podría retar al partido oficialista: Gálvez.

La senadora panista reúne varias características que podrían significar un reto considerable para las campañas de los precandidatos de Morena, la narrativa del Presidente y la preferencia de los mismos simpatizantes morenistas. Gálvez es un ejemplo de la voz de la clase media en la política, lo que le permitiría representarla en los comicios de 2024. Podría recabar mucho apoyo de esta magna sección de la población mexicana que, si bien en 2018 votó en gran medida por López Obrador, hoy en día es evidente que ha cambiado de preferencia electoral.

El origen indígena de la senadora también es un elemento por considerar. El discurso del mandatario se ha centrado en reconocer a los grupos indígenas e incentivar su participación en la vida pública y política del país. Es claro que ahora que Gálvez es una rival para Morena, López Obrador aminore esta parte de su narrativa para no ayudar a su contrincante, a costa de los ideales que ha señalado tener.

De igual manera, Gálvez es una política conocida que incluso fue invitada por López Obrador para formar parte de Morena, por lo que él conoce el potencial de la actual senadora. Es una figura más abierta y con menos filtros que la mayoría de los políticos en el país, lo que le permite responder de una manera más directa, coloquial y sin miramientos a los ataques morenistas, encabezados por el mismo Presidente, algo que en la política mexicana y en la opinión pública es sustancial para forjar la preferencia electoral.

Por lo anterior, se considera a Gálvez como una figura de peso y una rival importante para Morena. Combate con la narrativa del Presidente, significando un reto para él y sus cuatro precandidatos. No será fácil competir con ella para quien obtenga la candidatura morenista, por lo que la carrera presidencial se ve cada vez más interesante.

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