El viernes se conoció la modernización del Acuerdo Global, un instrumento de colaboración en diversas áreas entre la Unión Europea (UE) y México. En los albores de la administración presidencial de Claudia Sheinbaum, esta noticia surge como una de las más significativas para nuestro país en los últimos años. ¿Qué significa y qué implicaciones podría tener?
La UE y México han sostenido una relación diplomática desde hace décadas, fortaleciéndose al paso del tiempo. Dentro de las áreas de mayor interacción y diálogo entre ambas partes destacan la comercial, política y cultural. Si bien Estados Unidos (EU) y Canadá acaparan un elevado porcentaje del comercio internacional mexicano —a raíz del actual acuerdo de libre comercio conocido como T-MEC—, el conglomerado europeo de naciones no se queda atrás, puesto que es un socio comercial de suma importancia para nuestro país.
En cuestión política, ciertamente ha habido desencuentros entre México y la UE, concentrados particularmente en la pasada administración presidencial mexicana. Sin embargo, se espera que el actual gobierno federal corrija muchos de los errores políticos y de gobernanza en distintas áreas, como medio ambiente, protección a los Derechos Humanos, periodistas y grupos vulnerables, por mencionar algunos, en los que incurrió el anterior mandatario.
Y por si fuera poco, en cuestión cultural, el intercambio y apertura en esta área entre nuestro país y los de la comunidad europea de naciones no sólo es un asunto prioritario para ambas partes, sino que ha demostrado ser exitoso. Existe un elevado y constante interés entre las poblaciones mexicana y europeas por conocer un poco más del arte, cultura, tradiciones, etc., de la otra parte, lo que permite una interacción más amena y cercana entre México y la UE en general.
Todo lo anterior ilustra la sana relación bilateral entre Bruselas y la Ciudad de México, situación que proporcionó las condiciones necesarias para la actualización del Acuerdo Global. Sin duda, a ambas partes les conviene este instrumento renovado de interacción y cooperación internacional, sobre todo en el marco político existente en el globo, con naciones y grupos de países fortaleciéndose con miras a intentar influir en más lugares y de absorber una porción más amplia del comercio en el mundo.
Algunos ejemplos de lo anterior son China, India, los mismos BRICS con sus adiciones recientes, y demás. Todos estos han demostrado ser una titánica competencia para los poderes occidentales, de los que México es aliado, por ello la actualización de este acuerdo busca aunar y acentuar la interacción entre socios comerciales longevos y del mismo bloque político-ideológico. No obstante, una razón por la que quizá el acuerdo se ha anunciado ahora puede ser por el inicio de la nueva administración presidencial de Donald Trump.
México y la UE son aliados de EU y lo han sido por mucho tiempo. Sin embargo, la relación puede cambiar y ser muy accidentada cuando alguien como Trump lidera en la Casa Blanca, como lo demostró en su pasada presidencia, en la que incluso mermó la relación con sus socios más cercanos. Nada es certero con él, por lo que resulta en el interés de muchas naciones protegerse ante sus arrebatos. Así, este Acuerdo Global podría brindar protección bilateral a Bruselas y a la Ciudad de México ante los disparates de Washington.