Hay una crisis mundial. El presidente de los Estados Unidos de América (EUA) estableció aranceles a decenas de países, afectando los flujos comerciales a un nivel sinigual. A pesar de la gravedad de la propuesta para la economía estadounidense, el republicano decidió continuar con su plan emitido durante el “día de liberación”. ¿Cómo ha reaccionado el mundo y qué postura ha adoptado México en este difícil escenario?

No cabe duda de que la incertidumbre es el común denominador de los efectos que los aranceles de Trump han provocado para la comunidad internacional. Múltiples bolsas alrededor del mundo se desplomaron, los flujos comerciales se redujeron y las pérdidas de empresas pequeñas, medianas, grandes y trasnacionales han ascendido a cifras alarmantes, todo por la postura iletrada del presidente estadounidense, como lo han apuntado diversos académicos y exfuncionarios gubernamentales demócratas y republicanos.

Tras la entrada en vigor de los aranceles, muchos gobiernos intentaron negociar con la Casa Blanca para detenerlos o suprimirlos, dadas las severas consecuencias a la economía mundial que supondría mantenerlos en activo. Así, por la presión internacional, la de Washington e incluso la de su mismo partido, Trump decidió suspender los aranceles por un plazo de 90 días apenas unas horas de que iniciaran sus efectos, aminorando así la preocupación de miles de millones de personas.

Pero lo hecho, hecho está. Aunque hayan estado activos por unas cuantas horas, los aranceles generan un impacto económico de gran magnitud, como ya fue descrito, pero también provoca un costo político de peso, ya que merma la imagen y prestigio de los EUA, así como la confianza que las naciones manifiestan hacia el país de las barras y las estrellas. Por ende, los aranceles evidencian la necesidad de que los estados se replanteen la necesidad de contar con planes de reacción que les permitan defenderse de las cuotas en el comercio estadounidense.

Así nuestro país ha operado y, en el marco de los aranceles recíprocos del mandatario republicano, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció una serie de acciones en el marco del Plan México cuyo ánimo es desarrollar y fortalecer la economía ante los embistes de las medidas proteccionistas de Trump. Es una propuesta inteligente, sobre todo considerando la necesidad de transitar a la autosuficiencia y restarle terreno a la dependencia de los productos estadounidenses.

Pero la pregunta es ¿acaso las 18 acciones que están contempladas en el Plan México para engrosar nuestra economía serán suficientes para mantenernos sólidos ante las inclemencias de los aranceles trumpistas? Las medidas de la presidenta mexicana son meramente domésticas y, aunque parecen ser oportunas, su efecto podría robustecerse con un complemento de política exterior, es decir, con armar estrategias y alianzas con otros estados del globo.

Por muchos años pensamos en que la integración económica en Norteamérica se llevaría suavemente y sin obstáculos, pero la segunda administración de Trump ha puesto en jaque a la economía no sólo de México y Canadá, sino mundial. De ahí que muchas naciones se comporten de manera pragmática e inicien sus acercamientos con otras con las que registraban menor actividad económica, separándose así de EUA. ¿Deberá ser ese nuestro destino para mantenernos menos dependientes? El panorama apunta a que sí.

Niels Rosas Valdez

Historiador e internacionalista

@NielsRosasV (X)

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