Por: Olga P. García e Isabel Jasso
Las decisiones que tomamos sobre nuestra alimentación impactan tanto nuestra salud como la del planeta. El sistema alimentario es responsable de 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, consume 70% del agua potable y ha provocado 90% del cambio de uso de suelo a nivel mundial. Al mismo tiempo, dietas poco equilibradas han impulsado el incremento de padecimientos como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Ante esto, es imperativo replantearnos la forma en la que producimos y consumimos alimentos.
En 2019, la Comisión EAT-Lancet propuso un modelo alimentario denominado Dieta de Salud Planetaria (DSP), que busca un equilibrio entre una alimentación saludable y nutritiva, y la producción sostenible de alimentos para un menor impacto ambiental. Este modelo propone reducir el consumo de carne roja y azúcares añadidos, al tiempo que fomenta un mayor consumo de frutas, verduras, granos enteros y proteínas de origen vegetal. Sin embargo, su aplicación en distintos contextos aún es un reto, especialmente en comunidades con acceso limitado a alimentos saludables y tradiciones culinarias arraigadas.
En este contexto, el Doctorado en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) ha puesto en marcha un proyecto para evaluar la alimentación en mujeres de comunidades rurales, a fin de diseñar estrategias que faciliten la adopción de la DSP. Este análisis considera factores socioculturales, económicos y ambientales para garantizar que las soluciones sean viables y sostenibles. Para lograr un cambio real en la alimentación de estas comunidades es esencial comprender los factores que determinan la selección y disponibilidad de los alimentos. Este proyecto analiza los hábitos alimentarios y su impacto ambiental para desarrollar una intervención nutricional basada en evidencia y que, además, sea adaptable a la realidad cultural y económica de la comunidad.
Los resultados servirán como base para el diseño de estrategias a mayor escala, beneficiando a otras comunidades rurales del país. En un contexto donde las enfermedades relacionadas con la alimentación siguen en aumento y la crisis climática se agrava, la adopción de dietas saludables y sostenibles es una necesidad urgente. La UAQ está comprometida con la generación de conocimiento que transforme realidades; este proyecto es un ejemplo claro de cómo la ciencia puede contribuir al bienestar de la población y a la protección del medio ambiente. Con un enfoque multidisciplinario e innovador, esta investigación sienta las bases para una transición alimentaria en armonía con la salud humana y la del planeta.
Adoptar una alimentación saludable y sostenible no sólo beneficia nuestra salud, también es un compromiso con el futuro del planeta.
Facultad de Ciencias Naturales UAQ.