Llegó septiembre y taurinamente suele ser un mes de mucha actividad en México. Una de las fechas más importantes por tradición fue la que logró el finado Pollo Torres Landa en Juriquilla, donde festejaba la independencia pero también su aniversario.
Se esmeraba en traer a lo mejor de lo mejor, no sólo de México, sino del mundo entero. Juli, Ponce, Hermoso de Mendoza, José Tomás, Morante de la Puebla, por mencionar algunos extranjeros y mexicanos Zotoluco, Ortega, Pana, Joselito y un largo etcétera.
Los tiempos han cambiado y la baraja taurina también, la constante siempre era una noche mexicana al ritmo de los olés, mariachi, fuegos artificiales y mucho tequila.
Este año, la empresa heredada, nos presenta un cartel que se queda a años luz de los que nos tenían acostumbrados con el rejoneador Jorge Hernández Garate acompañado de los dos grupos de forcados de casa, el español Román Collado y Diego San Román con toros de Mimiahuapan.
Es lo que hay y para lo que alcanzó, si las grandes empresas automotrices especulan al invertir, el empresario taurino también. Aunque a como andamos de actividad taurina, es un verdadero oasis en medio del desierto.
A menos de 15 días que no se extrañe que salgan rabos, patas y todo lo que se les pueda otorgar, visualizando una noche apoteósica que no pueden perderse, recordemos que, como dije en columnas pasadas, en la madrugada todos los toros son de rabo.
Ya para finalizar, debo mencionar que en la pasada columna, como se está haciendo costumbre la piel delgada afloró con los que manejan las redes sociales de La Plaza México, quienes dieron contestación a este espacio tratando de explicar la NO Temporada Grande de la siguiente manera: “Gracias por tu columna, para tu información, no es temporada grande. No hicimos renovación de derechos de apartado. Con estos seis festejos cerramos con broche de oro el año Taurino 2024. Gracias por estar al pendiente de La México.
O sea, no es temporada pero sí hay toros, o al revés. En fin cada quien sus formas. Nos vemos en la plaza.