Este domingo fue la gota que derramó el vaso, y es que dos heridos en la novillada de La México es el mejor termómetro para echar un vistazo a la realidad de las nuevas generaciones de toreros.

Si bien, la semana pasada hablábamos del círculo vicioso entre empresa, ganadería y novilleros, ante la falta de oportunidades los resultados son negativos.

Los novillos esta semana cumplieron, bien presentados y con trapío de parte de la ganadería de La Playa, ahí podemos estar tranquilos. Pero donde debemos ocuparnos es en los muchachos que aspiran a ser toreros.

El hambre torera se ha perdido por falta de apoyo, quiero y me aferro a pensar que es por eso, porque si es por falta de afición, esto estará completamente perdido por no decir jodido.

Otras plazas daban carteles de novilladas, la propia Santa María lo hacía, hoy queda nada.

En fin, no queda más que desearles pronta recuperación a Luz Elena Martínez y Paco de la Peña, quienes resultaron heridos en el ruedo. El análisis es fundamental para ver su futuro, nadie dice que es fácil, menos en una profesión tan difícil.

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