Hoy se cumple una fecha esperada por algunos. Se trata de la votación de la consulta popular que fue impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Hay muchos comentarios encontrados al respecto que señalan que este esfuerzo es realmente innecesario y representa un gasto para el erario y una pérdida de tiempo para la ciudadanía. ¿La declaración está en lo cierto o es mera exageración?
¿Cómo se pinta el escenario en Querétaro?
Las consultas populares son esenciales para fortalecer la democracia participativa. En ellas encontramos un espacio para incentivar a los ciudadanos a incorporarse a las decisiones de los gobiernos y en el quehacer de la política local o nacional. No obstante, las consultas populares deben poseer la característica de ser necesarias, de lo contrario carecen de razón y pueden encarnar un empleo erróneo de las facultades de los tomadores de decisiones para convocarlas.
¿Cuál es la calidad de la consulta popular de hoy, domingo 1 de agosto? Se concibe como un ejercicio necesario para la democracia de nuestro país, pero la pregunta que se coloca carece de legitimidad. A grandes rasgos, lo que pregunta es si estamos de acuerdo en que se tomen acciones pertinentes (legales) contra los actores políticos pasados para garantizar la justicia.
Aquí hay muchas preguntas que surgen de tan irrelevante cuestionamiento. Sabemos que los agentes políticos del pasado, que incluyen presidentes del país, tomaron decisiones que llevaron a su gobierno a caminos corruptos y que provocaron la muerte de personas inocentes.
Si ese es el caso, ¿por qué la necesidad de diseñar una consulta de esta naturaleza si ya existen los mecanismos, instancias y leyes para buscar justicia contra esos “actores políticos pasados”?
Los expresidentes deben ser investigados y llevados ante la justicia si se les encuentra razones para ello, pero para conseguir tal escenario no se necesita una consulta popular, sino simplemente utilizar los mecanismos e instancias necesarias de justicia para ello. La pregunta parece que alberga cierta complicidad del mandatario para incluso “echarle la bolita” a los electores y zafarse de la responsabilidad de cualquiera de las dos posibles respuestas en la papeleta.
La consulta necesitará mínimo del 40% de participación de la lista nominal para que su resultado sea vinculante, es decir, bastaría con la participación de alrededor de 36 millones de electores. En este contexto, en Querétaro llegaron en los pasados días las un millón 744 mil 378 boletas que corresponden al número del padrón electoral del estado. Para que la entidad queretana asegure ese porcentaje mínimo vinculante, se necesita que 700 mil electores participen. Es una cifra que se antoja complicada de obtener, sobre todo por el rechazo de la medida populista y no democrática generada por López Obrador.
Sin duda la consulta popular de hoy será una referencia para subsecuentes, y ojalá haya más para fortalecer la participación ciudadana. No obstante, el ánimo de la celebrada hoy deslegitima su carácter y puede ser considerada, en cambio, como un retroceso para lo que de verdad anhelamos los ciudadanos comprometidos con la democracia participativa.
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