“La gente no ha perdido la fe, estamos saliendo adelante”. Falso discurso frente a la realidad. El presidente de la República, retóricamente y sin prueba alguna, desmiente los datos del Coneval y otras instituciones como el IMCO sobre el crecimiento en el número de pobres en México. La institución toma en consideración los estudios que realiza el INEGI de acuerdo a la Ley General de Desarrollo Social. A partir de 2018 adoptaron una medida multidimensional de la pobreza, tomando en cuenta el ingreso y los derechos sociales que permiten el desarrollo de la persona; clasificando la pobreza en 3 categorías. Esta medición de pobreza toma como referencia seis carencias en el ejercicio de los derechos sociales: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacio de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
En los 2 primero años del gobierno de la 4T, había aumentado el número de pobres en millones. Los mexicanos en extrema pobreza alcanzaron la cifra de 10.8 millones. En el primer año de gobierno el PBI cayó abajo del 0%. Aumentaron las carencias sociales en salud, educación y alimentación, informó el Coneval. Como excusa el presidente pretexta la pandemia y el conflicto de Rusia con Ucrania, sin embargo, insiste en que “estamos saliendo adelante”.
El crecimiento en la carencia en los servicios de salud es escandaloso, el 52.0% de la población no cuenta con ese derecho humano, gracias a la desaparición del Seguro Popular, a la ineficiencia del Insabi y al encarecimiento de los medicamentos habida cuenta al desaparecer las compras y la concentración en las adquisiciones que resultó un fracaso total, acompañado de la corrupción que caracteriza compras y contratos en este gobierno. La opacidad aliada del gobierno. 44.9 millones de mexicanos en pobreza moderada, arroja el estudio.
Es indudable que el gobierno de la 4T requiere un uso más eficiente de los recursos que destina al desarrollo social. Debe repensar la política social para lograr que las “becas sociales” en dinero lleguen a las familias que más lo necesitan y no sea, como hasta hoy, compra de voluntades; falta una mayor inversión en infraestructura social para subsanar carencias y romper ciclos de pobreza generacional que se han incrementado con la 4T. Crear oportunidades de trabajo. Tiene que incentivar el crecimiento y la formalización de un mercado laboral bien remunerado para que millones de mexicanos salgan de la pobreza.