Fuera de la temporada de entrega de los Premios Nobel, la pandemia de COVID-19 y últimamente las acusaciones penales en contra de 31 integrantes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en México se habla poco de la vida de la comunidad científica.
Un caso que ha pasado prácticamente desapercibido es el del científico mexicano Jean-Philippe Vielle Calzada, investigador del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) en Irapuato, acusado por cuatro investigadoras por acoso y hostigamiento sexual.
Este caso cobró notoriedad entre la comunidad científica internacional después la investigación realizada por Emiliano Rodríguez Mega para la prestigiosa revista Science. En el artículo “Cuando lo Personal se Vuelve Profesional” Rodríguez Mega documenta los hechos ocurridos entre 2013 y 2019, periodo en el que por lo menos cuatro renombradas investigadoras mexicanas denunciaron haber sido víctimas de acoso y hostigamiento sexual por el Dr. Vielle Calzada. En el reportaje Rodríguez Mega documentó cómo, desde su posición de poder, el investigador “...intentó besarlas, o bien, las tocó sin su consentimiento, las presionó para iniciar una relación con él, les hizo insinuaciones románticas, les envió regalos y poemas, y tomó represalias profesionales contra ellas tras ser rechazado.”
El Director General del Cinvestav de Irapuato, José Mustre de León declaró a Science que el caso ya es atendido por el órgano interno responsable. También señaló que “...planea actualizar el código de conducta del Cinvestav para abordar el tema de las relaciones personales y promover una mayor igualdad de género.”
Este caso, me resultó interesante por varias razones. En primer lugar por haber sido publicado en una de las revistas más importantes de la ciencia mundial. En segundo lugar por el poco interés que el caso despertó en la prensa mexicana, pero sobre todo porque el acoso y hostigamiento sexual ocurren de manera cotidiana en las universidades y centros de investigación de México y sin embargo siguen sin recibir la atención adecuada.
En años recientes la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior han trabajado en la implementación de protocolos para la atención a mujeres víctimas de violencia de género, entre ellas la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). En el caso queretano el mérito es de la Rectora, la Dra. Tere García Gasca y del equipo de Género UAQ liderado por las maestras Cathia Huerta Arellano y Marilú Servín Miranda, que han hecho de la erradicación de la violencia de género en la UAQ su cruzada.
Las investigadoras, profesoras y estudiantes tienen derecho de realizar su trabajo investigación y docencia en espacios seguros, libres de acoso, hostigamiento sexual y violencia de género. El futuro de la ciencia en México es de las mujeres.
Directora Regional de CELAPAZ e integrante de la Red Nacional de Alertistas. Twitter: @mcruzocampo
Fb: maricruz.ocampo