La semana pasada, un juez anuló tres fallos que seguían deteniendo el tramo 5 del tren maya, en la península de Yucatán. Estos fallos tienen que ver con amparos interpuestos en contra de las obras, por parte no de pobladores sino de particulares, algunos de ellos ligados a intereses extranjeros y por parte de organizaciones que tratan de parar una de las obras más necesarias en esa región del país.

Criticable que usen como pretexto una cuestión en la que todos estamos de acuerdo: el ambiente. Cuando esos personajes que han interpuesto amparos, en los hechos es evidente que lo que menos les importa es el ambiente.

Se quedaron callados durante la destrucción de mangle para la construcción de “resorts” de lujo en lo que hoy se conoce como “Riviera Maya”. Lo mismo que ante la construcción de grandes hoteles en esa zona por parte de cadenas hoteleras extranjeras. Esos supuestos ambientalistas se quedaron callados ante la pérdida de casi la mitad de coral en esa zona.

Quienes hemos circulado por ahí, vemos la enorme cantidad de extranjeros que llegan, en aviones o en barcos. Vehículos que usan hidrocarburos para poder moverse. También hemos visto el silencio ensordecedor de esos supuestos ambientalistas ante las operaciones de empresas como “Calica” que ha tomado una parte de la Riviera Maya como cantera para extraer material para carreteras en EU. Ah, pero no, contra Calica nunca han interpuesto ningún amparo. Tampoco hicieron ningún video y lo difundieron a nivel nacional, protestando por la destrucción de casi la mitad del mangle que había en la Riviera Maya.

El tren es el vehículo de transportación masiva, de personas y de mercancía, más ecológico que existe. Un tren pequeño, de cuatro vagones, puede transportar hasta 300 personas sentadas. Esto implica sacar de la carretera a 8 autobuses de pasajeros, con la consecuente reducción del número de accidentes en las carreteras (incluyendo muertos) y en el consumo de combustibles fósiles. Pero también hay trenes de dos niveles (para trayectos cortos) que pueden transportar incluso a mil 400 personas a la vez, de las cuales 700 sentadas. Lo que equivale a dejar de movilizar a 35 autobuses.

Pero, además, en una hora, podrían salir hasta 4 trenes, uno cada 15 minutos o tres trenes, uno cada 20 minutos, en la misma dirección y para el mismo trayecto. En este último caso, equivale a que dejen de circular, en una hora, 105 camiones. Un verdadero ahorro energético y un beneficio ecológico en los hechos, sin demagogia.

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