Una semana ha pasado desde que el Ejecutivo Federal presentó su iniciativa de reforma constitucional en materia electoral, y a partir de entonces se han realizado foros académicos, así como diversas mesas de análisis donde se han comentado los temas que propone la iniciativa. Como es del conocimiento público, son al menos 7 temas los que contiene, de tal suerte que, implica la reforma de 17 artículos de la Constitución.
De aquí a septiembre, propongo comentar uno a uno los temas expuestos tanto por la presidencia como por los partidos opositores. Es importante discutir estos tópicos que bien merecen ser incluidos en una eventual reforma, pero los números de legisladores no favorecen al partido en el gobierno para por sí solo y con sus aliados, puedan llevar a la Constitución su anhelo de cambio en el sistema electoral.
Me gustaría iniciar con el cambio de denominación que se plantea para la autoridad electoral, en la exposición de motivos se propone suprimir al INE para crear en su lugar al Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), bajo la premisa de que la autoridad electoral debe ser independiente del poder político y a juicio del grupo en el poder, el órgano encargado de conducir las elecciones atraviesa por una “crisis de autoridad”, señalando como muestra culminante de dicha situación su actuar en el recién concluido proceso de revocación de mandato.
Con la modificación del artículo 41 de la Constitución, el cual establece todo lo relacionado con la autoridad electoral, se propone el cambio de nombre, así como la reducción del número y tiempo en el cargo de los consejeros electorales, pasando de 11 a 7 integrantes y reduciendo su responsabilidad de 9 a 6 años, el punto del tamaño es loable, ya que el disenso y consenso lo pueden alcanzar independientemente del número. Sin embargo, el punto catastrófico de la discusión, sin lugar a dudas, lo ocupa la forma en la que se plantea sean electos los nuevos consejeros, es decir, por medio de voto popular a propuesta de 20 perfiles por cada poder de la unión; los candidatos a consejeros tendrán la posibilidad de hacer campaña electoral en todo el territorio nacional y ocuparán el cargo los más votados, del mismo modo entre los ganadores, el consejero presidente será el más popular, es decir el de mayor votación entre los 60 candidatos. Señalaba Lorenzo Córdova en una intervención en el ITAM que, “la reforma debiera construirse desde la suma de muchas cabezas, no de la suma de muchos hígados”.
Twitter: carlosfcps / FB: Carlos Velázquez