Aunque la sabiduría popular aconseja que ante la duda hay que abstenerse, hacerlo en materia política puede ser un error que se puede pagar caro, pues ya lo había advertido Maquiavelo que el gobernante debe evitar aparecer voluble e inseguro porque eso puede conducir a ganarse el menosprecio de sus gobernados.
En el capítulo XIX de El Príncipe, Nicolás Maquiavelo advierte que se debe evitar el odio y el desprecio de sus gobernados. En el primer caso, basta no cometer abusos ni privarlos ni de sus bienes y su honor; sobre lo segundo, se debe evitar que se le considere voluble e inseguro y que, para ello, debe mostrar nobleza y fortaleza. Quien lo logra, advierte Maquiavelo, adquiere gran reputación y tendrá poca oposición.
Pues bien, a menos de dos meses del gobierno de Mauricio Kuri al frente del gobierno del estado de Querétaro, ha dejado de tomar acciones y mostrado ser dubitativo en sus decisiones, lo cual, según Maquiavelo, no es bueno para su inicio de gobierno.
Son dos los casos emblemáticos en este inicio de sexenio que muestran el lado inseguro de Mauricio Kuri como gobernante: su omisión de publicar la ley de matrimonio igualitario aprobada vía fast track por la anterior legislatura y su anuncio de una magna obra que luego dijo que iban a consultar y al final se dijo que ya no se hará.
En el primer caso, ante la protesta de un grupo de ultraderechistas se dijo que se consultaría con sectores católicos su postura ante la nueva ley; el resultado: gobernador fue omiso al publicarla y se lavó las manos dejando que la propia legislatura lo hiciera.
¿Cuál hubiera sido la solución política básica? Dado que la reforma había sido aprobada por la anterior legislatura en el gobierno previo, simplemente tenía que publicarla en la primera semana argumentando que solo se seguía lo que mandata la ley y que quienes deben pagar el supuesto costo político ante las bases de la derecha queretana fueran tanto el anterior gobernador como los diputados. Pero no, por su indecisión tuvo que pagar un costo político por decisiones ajenas.
Después, anuncia una magna obra que tenía contemplada desde campaña; después, ante la protesta de la opinión pública anuncia que hará foros de consulta y, casi enseguida, se anuncia que no se hará dicha construcción.
Nuevamente, el gobernador parece dubitativo, inseguro a la hora de tomar decisiones. La solución hubiera sido llamar desde el inicio a foros ciudadanos, si la postura en contra era mayoritaria, bastaba decir que se escucha a la sociedad y se gobierna con ella, no cometer el error de primero anunciar y luego cancelar.
Aún falta recorrer mucho camino en la curva de aprendizaje a Mauricio Kuri, para su fortuna, al no existir una verdadera oposición política en el estado, puede seguir cometiendo estos errores sin tanto costo político.