Estamos viviendo tiempos de mucha convulsión política, no es nuevo, llevamos así casi cuatro años, sin embargo, no podemos normalizar lo que sucede, sobre todo cuando se trata de nuestro sistema de justicia. Cuando la justicia en un país obedece a intereses políticos, y de una sola persona, la democracia misma está en riesgo.
La concentración del poder y la abolición de la separación de los mismos puede conducirnos a la barbarie, no solamente con la actual administración, sino que el peligro es también los antecedentes que crea para gobiernos que vengan en el futuro.
Primero fue Rosario Robles, ahora el señor Murillo Karam, pareciera que para el actual régimen es fácil dictar prisión preventiva oficiosa con cualquier pretexto, esto sin importar que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido muy clara al respecto: ésta debe ser la última de las alternativas.
En el caso de Robles fue un extremo, pero así la lograron tener tres años encerrada, tres. Ahora es el turno de Murillo Karam, hoy mismo tendrá su nueva audiencia y conoceremos el desenlace de este nuevo capítulo del supuesto combate a la corrupción y los errores del pasado emprendido desde el Gobierno Federal.
Y es que el Presidente sigue haciendo uso del pasado para justificar su presente. Un verdadero combate sistemático a la corrupción debería incluir a los personajes de la actual administración. Pero pareciera que entre más enlodamos el pasado, es más limpio el presente.
Pasan desapercibidos tantos documentos, análisis, pruebas y datos sobre corrupción que se han dado en torno a personajes como Manuel Bartlett, los hermanos López Obrador, Irma Eréndira Sandoval, el propio fiscal Gertz Manero y un largo etcétera. No importa cuánta evidencia e información se acumule al respecto, este régimen no hará justicia.
Cuando el gobierno verdaderamente quiera ganar la batalla contra la corrupción deberá limpiar la casa, la actual, Palacio Nacional, no solamente voltear a Los Pinos.
Seguramente en Palacio existe dicho cálculo político, pues ni la constante persecución del pasado borra los errores presentes, ni el encarcelamiento de grandes figuras resuelve de fondo los temas.
No podemos dejar de observar que todo lo que sucede también tiene un trasfondo electoral, se avecina la gran batalla del Estado de México y el Presidente hará todo para que gane su candidata, lo ha demostrado en ocasiones anteriores y en esta elección, llamada por algunos como la joya de la corona, no será la excepción. Van con todo y contra todos, sin importar a quien atropellen en el camino. Gertz Manero deberá recordar un refrán popular en el mundo de la política “los carniceros de hoy serán las reses de mañana”.