Estimado lector, naturalmente el tema de esta semana son los Guacamaya Leaks, el reciente hackeo a documentos y correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa Nacional; la cantidad de información extraída representa un aproximado de 108 millones de piolines, si, esa imagen de “buenos días” con un bellísimo piolín de adorno que nos llega todas las mañanas por mensaje.
Es decir, en pocas palabras, es un —inserte su palabra favorita para expresar una cantidad inconmensurable— mundo de información filtrada. ¿Y cuál es la lógica que yo ofrezco para la interpretación de la coyuntura?
Facilísimo: la teoría de los fuegos artificiales.
Si traemos esta supuesta herramienta analítica a la mesa, descubriremos entonces dos cosas:
1. La filtración y vulneración de la seguridad cibernética de la Sedena representan un golpe durísimo, donde tanto Guacamaya como la Secretaría juegan como negras y blancas en este tablero de ajedrez. Siguen la lógica de la teoría de juegos. ¿Qué paso conviene dar y hacia dónde? ¿Qué discurso conviene formular? ¿Qué estrategia hay que tomar? No es casualidad que se minimizara la salud del Presidente.
2. Segundo, y más importante, sigue entonces mi propuesta: la teoría de fuegos artificiales. En cualquier festividad, empiezan los fuegos artificiales y uno va cubriendo al otro. Han salido millones de correos, contratos y archivos diversos que parece que uno va borrando al otro y perdemos la capacidad de asombro. Lo estamos normalizando.
Para efectos de este análisis, las mañaneras son los fuegos artificiales. ¿Podría recordar con exactitud la cantidad y orden de colores vistos en los fuegos artificiales de Año Nuevo en Acapulco? Lo más probable es que la respuesta sea no. Y si cambiáramos la pregunta hacia los contenidos de la mañanera, si preguntáramos si usted recuerda absolutamente todos los temas y el orden en el que se abordaron, la respuesta probablemente no sería muy distinta.
Esta estrategia de los fuegos o juegos artificiales tiene mucho más trasfondo de lo que parece. De hecho, está documentado como uno de los 11 principios de la propaganda política que propone Göbbels (político alemán que se encargó de la propaganda política del Tercer Reich). Principio de renovación: constante actualización de información que no da lugar a su discusión. ¿Suena familiar? La estrategia hitleriana de López Obrador de la constante renovación, el flasheo, los fuegos artificiales y el spam de información realmente quebraron nuestra capacidad de asombro, de análisis y discusión sobre los principales temas.
Y gracias a la aplicación de este principio, la ciudadanía ha perdido la capacidad de asombro, o bien ha logrado que prevalezca la indiferencia.
La corrupción, la violencia y la impunidad se han normalizado en este país, pareciera que no nos asombra nada, que, a pesar de tener, gracias a estos documentos, la confirmación de los delitos cometidos por este gobierno no generó grandes descontentos. Desafortunadamente, pesa más la indiferencia. ¿Qué haría usted para compensar la balanza? ¿Qué haría usted desde su trinchera para que la dignidad se haga costumbre en este país? Empezar por evitar la pirotecnia es una gran opción.