¿Cuáles son las red flags (señales de alerta sobre conductas que pueden ser peligrosas) del gobierno de Mauricio Kuri?

La principal es el empuje que los grupos de ultraderecha puedan ejercer al interior del gobierno de Mauricio Kuri y este se olvide de una agenda plural que defienda los derechos humanos y se cargue a una lógica de pensamiento de intolerancia, típico de los gobiernos de derecha del Partido Acción Nacional.

Basta recordar los gobiernos del hoy diputado federal Ignacio Loyola y de Francisco Garrido Patrón; del primero es célebre aquella frase con la que justificó y minimizó la golpiza que elementos de seguridad dieron a un ciudadano que ejercía legítima protesta por falta de agua en su colonia: fue madriza, no tortura, respondió el primer gobernador panista. Ese, entre otros hechos de intolerancia de Loyola como su enfrentamiento con la UAQ y la entonces rectora Dolores Cabrera o como cuando fue cuestionado tras regresar de una visita a Chile sobre si había visitado unos famosos cafés de moda en ese país.

Recordemos que Francisco Garrido también fue catalogado como conservador e intolerante, no solo por la sociedad queretana sino por el departamento de Estado de Estados Unidos, lo cual se dio a conocer a través de Wikileaks en donde se catalogaba a nuestro estado como próspero, pero intolerante y mencionaban el injusto encarcelamiento de mujeres indígenas acusadas de haber “secuestrado” a agentes de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI), además del linchamiento de jóvenes emos en el centro, entre otras cosas.

Sin embargo, a 26 días de su gobierno, Mauricio Kuri no da muestras que en materia de derechos humanos y tolerancia su gobierno vaya a ser diferente de los ya mencionados exgobernadores pues aún no ha publicado la histórica ley que avala los matrimonios igualitarios y, por el contrario, los grupos de ultraderecha se le acercan al oído para pedirle que no publique la ley y la regrese a la legislatura, en un afán de retrasar lo que sería una conquista más en el avance pleno de los derechos humanos.

Mala señal también que su secretaria de Gobierno, Guadalupe Murguía, quien ya había cometido la pifia de firmar un documento en donde apoya a la ultraderecha española, diga que aún no se publica la ley porque están consultando a grupos religiosos. ¿Para qué consultar a grupos religiosos si se supone que el Estado es laico? Y más grave aún, que acaso no los mismos panistas le dijeron al presidente López Obrador que la ley no se consulta, sino que se aplica. Pues es hora de que los panistas sean congruentes y publiquen la ley porque no tienen que consultarla con ningún grupo religioso ni con el lobby de la ultraderecha.

Y a todo esto, ¿dónde está el organismo autónomo creado precisamente para defender los derechos humanos?

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