No es odio, tampoco resentimiento, es política pro división de la sociedad mexicana la que a diario practica en las mañaneras el Presidente de México. Dice “apoyar” a los pobres, mientras a la clase media, la pensante, la aspiracionista, la emprendedora, a esa la ofende, así logra la división política de clases, objetivo para ganar simpatías entre los casi 60 millones de pobres que habitan suelo mexicano; durante los 3 años de gobierno de AMLO, el número de pobres había crecido en 3.8 millones en el 2020, datos del Coneval, basados en información recabada por el Inegi.

AMLO tiene otros datos, pretexto que le permite aumentar el número de inconformes debido a la pobreza que propicia, culpando de ello a la pandemia y más. Olvida que desde el 2019, sin pandemia, la economía cayó drásticamente por debajo de 0%, en relación al PIB. De tal suerte que el Presidente alimenta la irritación de los pobres, haciéndoles creer que es culpa de empresarios y la clase media, sector social ambicioso. Efectiva política divisionista, perversidad del Presidente.

En la mañanera del viernes arremetió nuevamente en contra de la clase media, la cual, dijo, se manifiesta inconforme con la aplicación de las vacunas, mientras que los “humildes” son agradecidos con la misma acción ¡Inventos de AMLO! Carece de fundamento para ello; políticamente asesta golpes a unos, en tanto a otros los perjudica, dice “consentir y proteger”, a esos “humildes” a quienes en alguna ocasión los calificó de “mascotas” que necesitan ser alimentadas.

La clave del éxito del Presidente se basa en la división de clases, promoviendo el encono ¿Legítimamente quién no aspira a tener mejores condiciones de vida? Los pobres, por lo tanto, envidian a los de la clase media que tienen todo aquello de lo que carecen los “humildes”.

De ahí la “bondad” presidencial de apoyarlos económicamente, genera la dependencia, el sentimiento de agradecimiento; mientras, por otro lado, fomenta la envidia como instrumento de división; desprecio para unos, apoyo para otros.

Perverso, pero efectivo, de ahí que en las estadísticas obtenga la mayoría en las preferencias a sus erróneas políticas. Según las estadísticas (varían), 6 de cada 10 mexicanos apoyan la contrarreforma eléctrica; pero, al preguntarles si la conocen, se revierte la estadística. Consecuencia de la campaña mediática del presidente López Obrador, quien insiste en las bondades de la perversa iniciativa.

La aviesa manipulación del marketing político sí influye en la división de clases.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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