En este gobierno federal hemos presenciado un estancamiento de la movilidad social, es decir, son casi nulas las bases para una convivencia pacífica con igualdad de oportunidades de desarrollo, es claro que existen deficiencias en el marco institucional para estas acciones.
La pandemia generada por el coronavirus hizo emerger los problemas que tiene la población, uno de estos es la relación entre los entes públicos y la sociedad. En nuestro país fue rebasado el gobierno federal por no existir el liderazgo que el momento histórico requería.
Pero no sólo fue por la pandemia, el mundo ya estaba inmerso en grandes cambios desde hace varios años, y en algunas regiones del mundo las instituciones públicas se adaptaron a las transformaciones. En México tomar decisiones es improbable, se manejan ocurrencias lo que ha llevado a malos resultados.
Otro ejemplo, es el desabasto de medicamentos oncológicos para niñas y niños, no hay respuesta en el gobierno federal, no hay una toma de decisiones racional, el presidente rechaza la realidad, niega los datos, ignora las pruebas. Él habla de “la conspiración internacional”, de “la herencia” de otros gobiernos, temas que están por encima de la razón.
Temas distractores como el de la “consulta” el próximo 1 de agosto, la refinería de Dos Bocas, que la naturaleza que encargará de demostrar que fue mala decisión y que el ejecutivo se comprometió a no tocar el bosque de manglares.
En envío de apoyo a Cuba, para algunos analistas es una incongruencia, para otros un intento de calmar a las bases más izquierdistas dentro de su movimiento y para el historiador Rojas un intento de liderazgo de México para posicionarse entre el proyecto de integración latinoamericanista y el de América del Norte, cuyo éxito está por ver.
En suma, estas acciones son distractores y queda en evidencia de que no hay políticas públicas, lo que lleva a un gobierno de ocurrencias.
El concepto de políticas públicas es muy reciente, se remonta a mediados del siglo pasado, en los años cincuenta cuando especialistas académicos opinaron sobre la necesidad de establecer una cierta reorientación en la administración pública y el gobierno, esto con el fin de que éstos, los gobiernos, resolvieran de manera formal los problemas sociales, políticos y económicos de sus gobernados.
Un gobernante de tener muy en claro que es lo que quiere, no es posible pensar que se tome una decisión sin tener un futuro deseado como referente. Cualquier decisión implica el que se espere lograr algo, y las políticas son eso: tratar de acercarse, mediante medidas administrativas, a un ideal de sociedad. Debe tener decisión ya que formular políticas no es otra cosa que decidir. De ahí que los que se preocupan por las políticas públicas concentren su atención en cómo se decide, cómo son los procedimientos para la toma de decisiones. Decidir a su vez, implica escoger entre dos o más alternativas, involucra dos procesos: uno de racionalidad y otro de voluntad.
La política pública también implica acción. Esta es la gran diferencia entre el discurso y la política pública. Mientras no haya acción se está frente a un discurso. Lo que caracteriza a la política, es el hecho de que ésta se ejecuta, se materializa, se concreta en acciones.
Lo anterior no hace ver que es necesario en nuestro país una revisión de las políticas públicas, o bien, implementarlas, para impulsar el bienestar y la prosperidad dela población. Esto requiere de la evaluación de las acciones emprendidas por el Estado, y nuevas medidas para atender las necesidades de la población.
Las políticas públicas son una respuesta a las exigencias y necesidades de la sociedad y como tal, requieren de ser dinámicas y flexibles, capaces de adaptarse y a la vez generar cambios en la dirección apropiada y no gobernar con ocurrencias.