El sexenio de Francisco Domínguez se ha distinguido por la gran inversión, no solo económica, también material y humana, en materia de seguridad pública, que hoy rinde frutos y que se traducen en una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos que habitamos Querétaro. Como muestra de lo anterior, hay que destacar que esta semana se realizó la inauguración del Instituto de Servicios Profesionales de Carrera Penitenciaria, donde el Gobierno del Estado realizó una inversión superior a los 60 millones de pesos.
El talón de Aquiles en la inseguridad que aqueja a este país es la falta de capacitación de los elementos encargados de brindar seguridad a la ciudadanía, y es por ello que en Querétaro la preocupación por tener elementos de seguridad suficientemente capacitados para el desempeño de sus funciones se traduce en acciones como la creación de este Instituto, que servirá para formar a los cuerpos de seguridad y fortalecer las áreas técnicas bajo un modelo especializado, con instalaciones adecuadas para garantizar un alto nivel en la formación inicial y continua. Como resultado de este gran esfuerzo, todos nuestros policías cuentan con el Certificado Único Policial, lo que nos permite asegurar que tenemos a la policía más profesional de todo México, que además, gracias a que tiene uno de los mejores sueldos se previenen actos de corrupción por necesidad.
Hay otras cosas que también deben de resaltarse en nuestro Estado, que por 3 años consecutivos ha destacado su sistema penitenciario estatal como el mejor a nivel nacional, esto reconocido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así mismo, ha sido reconocido internacionalmente por World Justice Project, en su “Índice de Estado de Derecho en México 2018” que destacó a nuestro estado como el más seguro y respetuoso del de los derechos humanos en todo el país. No podemos pensar en pacificar a la sociedad, si quienes habitan en los Centros de Readapatación Social no cuentan con un proceso de reintegración adecuado que les permita volver a ser personas útiles en su entorno, que se ganen la vida dignamente, por eso es que es a partir del respeto a sus derechos fundamentales empieza su reintegración.
Hoy en día no se puede pensar en seguridad sin recurrir a la tecnología, por ello es que en los últimos seis años pasamos de tener cuatro centros C4, mal equipados, con equipo inservible o insuficiente a tener trece centros con tecnología de punta que a su vez se encuentran conectados con el Centro de Información y Análisis para la Seguridad, donde todo el estado se encuentra debidamente vigilado gracias a la coordinación existente entre Estado y Municipios.
Quienes pretenden politizar la seguridad, dicen erróneamente que “antes había menos delincuencia”, nada más erróneo que esta afirmación, pues gobiernos anteriores no se preocupaban verdaderamente por atender el problema de raíz, preferían esconder las malas cifras debajo del tapete y hacer que en Querétaro “no pasaba nada”, hoy es muy distinto, se reconocen los hechos que suceden facilitando los mecanismos de denuncia, acercando la justicia al ciudadano desde el lugar de los hechos, en menos de 50 minutos y por medio de una tableta electrónica que llevan consigo los elementos policiales.
La implementación de acciones como las anteriormente descritas hoy ya arrojan resultados tangibles, la respuesta de nuestros ciudadanos ha dado resultados satisfactorios, ubicando a Querétaro, según la encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública como la tercer entidad con mejor percepción de seguridad; la confianza en la policía estatal pasó de 55.5% en el año 2015 a 68.8% en 2020; y se registró una disminución de víctimas del delito en el estado, al pasar de 28 mil 128 en 2015 a 27 mil 959 en 2020.
Los resultados están a la vista, enhorabuena para todos los queretanos, que si bien no estamos excentos de un acto de inseguridad, podemos disfrutar de nuestro entorno y de la calidad de vida que ofrece nuestro Estado, todo esto producto de las decisiones responsables que se han tomado desde Gobierno del Estado y el trabajo coordinado interinstitucional.