Hoy cierro un ciclo y abro otro con determinación. La política debe ser un espacio de congruencia, donde las ideas no sean moneda de cambio y los principios no se traicionen. A lo largo de mi trayectoria, he defendido una visión progresista, feminista y socialdemócrata, y hoy encuentro en Movimiento Ciudadano un espacio donde puedo seguir luchando por las causas en las que creo.

Tomar decisiones no siempre es fácil. Crecer significa aprender, evolucionar y, en ocasiones, asumir riesgos. A lo largo de los años, he trabajado con convicción, con la certeza de que la política debe servir para transformar vidas, no para perpetuar inercias. Y cuando uno lucha con el corazón, las oportunidades no se buscan, se encuentran. Hoy encuentro en Movimiento Ciudadano el espacio para seguir caminando con la frente en alto, con congruencia y con la certeza de que estoy en el camino correcto.

México necesita una política que ponga a las personas en el centro de sus decisiones. Una política que escuche, que entienda, que construya. Recuerdo cuando impulsé la iniciativa para fortalecer los derechos de paternidad en Querétaro. No fue fácil. Hubo quien se burló, quien dijo que no era un tema prioritario. Pero lo era. Porque ser padre no es solo un título, es una responsabilidad, un compromiso con el presente y el futuro. Esa lucha valió la pena, porque hoy hay hombres que pueden estar más tiempo con sus hijos, que pueden ejercer su paternidad con dignidad. Y cuando veo que Movimiento Ciudadano tiene esa misma visión, entiendo que no es coincidencia, sino destino.

Movimiento Ciudadano es una plataforma que apuesta por la innovación, la justicia social y el desarrollo sustentable. Una agenda donde la participación ciudadana es la base de la democracia y donde el progreso no es un concepto vacío, sino una meta alcanzable. Comparto su convicción de que la política debe ser una herramienta para mejorar la vida de las personas, no un lastre que las divida. La educación, los derechos de la niñez, el medio ambiente y la economía del futuro no pueden seguir siendo relegados a discursos vacíos. Necesitamos acción, soluciones, compromisos firmes.

A nivel nacional, Movimiento Ciudadano ha demostrado que se puede gobernar de manera diferente. En Jalisco, ha impulsado una agenda innovadora en materia de movilidad, medio ambiente y derechos sociales. En Nuevo León, han apostado por la transparencia y la participación ciudadana como pilares de la gestión pública. Son logros tangibles que prueban que sí hay una tercera vía, que la política no tiene por qué reducirse a los extremos de siempre. Y Jorge Maynez demostró una solidez incorruptible en su candidatura presidencial, destaco por sus argumentos en los debates y fue sensación en las juventudes por su frescura e innovación, gracias a el, MC se consolido como el partido de mayor crecimiento proporcional en las últimas elecciones.

Y en Querétaro, ¿por qué no aspirar a lo mismo? Por un lado, los queretanos ya están aburridos y cansados de más de lo mismo. Y MORENA nos da miedo, miedo a perder la tranquilidad, la seguridad y la calidad de vida, como ha pasado en estados a donde llegan. Querétaro necesita una alternativa, una visión moderna, progresista y ciudadana. Movimiento Ciudadano representa esa alternativa: una política que mira hacia adelante, que se aleja del pasado de corrupción e inmovilismo, y que pone en el centro a las personas y sus necesidades.

A veces la política nos enfrenta a decisiones difíciles. Pero siempre he creído que la lealtad más importante no es a una institución ni a una sigla, sino a las causas que defendemos y a la gente que confía en nosotros. Movimiento Ciudadano representa esa oportunidad, esa vía para avanzar sin traicionar nuestros principios, sin dejar de luchar por lo que creemos.

Hoy más que nunca, es necesario hacer equipo con quienes comparten nuestras causas. Con quienes ven en la política un servicio, no una carrera. Con quienes están dispuestos a dejar la piel en la arena pública por un futuro más justo y más libre. Porque el futuro no se construye en solitario. Se construye con valentía, con decisión y con las personas adecuadas.

He aprendido que cuando uno está dispuesto a evolucionar, el destino se vuelve claro. Y yo elijo avanzar.

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