¿Qué espera usted del Sistema Educativo Nacional? Que acepte a todos y todas las niñas, niños, adolescentes, y jóvenes, que los forme académicamente en ambientes dignos y gracias a docentes altamente capacitados para que todas y todos completen sus trayectorias escolares. Lamentablemente, en México, este propósito está lejos de cumplirse.
El Programa Sectorial de Educación 2020-2024 (PSE) propuso elevar el porcentaje de estudiantes que debían concluir la universidad por cada 100 alumnos que iniciaron la primaria. De esta manera, había que pasar de 23.7 en 2018 a 27% en 2021. Pese a la pandemia, este indicador se ha movido positivamente de 2018 a la fecha, pero no se han alcanzado las metas establecidas. En 2021, nos quedamos un punto por debajo de lo prometido: 26 en lugar de 27% (IV Informe de Gobierno).
El mismo PSE propuso como una meta “del bienestar” el porcentaje de jóvenes que debían alcanzar un nivel de dominio básico de acuerdo con las mediciones del Programa para la Evaluación Internacional del Alumno (PISA) que coordina la OCDE. Hasta la fecha y hasta donde se sabe, México dejó de participar en este proyecto, así que no tenemos información al respecto. ¿Estamos o no formando a las niñas, niños, jóvenes de este país con las habilidades necesarias en Matemáticas, Lectura y Ciencias para que pueden desenvolverse a futuro? No lo sabemos y parece que a la sociedad poco le importa. Todo instrumento para medir el aprendizaje tiene limitaciones, pero es peor ya no tener ningún referente.
Pasamos del “evaluacionismo” al oscurantismo con la 4T.
El PSE también propuso metas en términos de infraestructura que eran necesarias. Pese a que México es la quinceava economía del mundo en 2021 (BM), no todas sus escuelas cuentan con agua potable, electricidad, baños e instalaciones para personas con discapacidad. Por eso, es importante reconocer que el porcentaje de escuelas de nivel básico (primarias y secundarias) con agua potable aumentó al pasar de 71 a 77.5 de 2018 a 2021 y no sólo eso, se rebasó ligeramente la meta con 1.7 puntos. La electricidad también llegó a 92 de cada 100 escuelas cuando el porcentaje en 2018 era de 86 (Mejoredu).
Pero también hay retrocesos. Para 2021 se planteaba que 87.9% de las escuelas de nivel básico tuviera sanitarios y según el Cuarto Informe de Gobierno, sólo se llegó a 83.3%. Esto es dos puntos por debajo del nivel que teníamos en 2018 (85%) y cuatro por debajo de lo prometido. ¿Qué pasó con el programa La Escuela es Nuestra? Tener un baño equivale a fomentar la dignidad dentro de nuestros espacios escolares.
En México, las personas con discapacidad tienen menores niveles de escolaridad que el resto de la población. Por eso, había que asegurar las condiciones para que tuvieran la oportunidad de aprender en condiciones de dignidad. Este gobierno propuso que para 2021, 26.6% de las escuelas del nivel básico tuviera instalaciones para las personas con discapacidad, pero sólo alcanzó a equipar 24.4%. Menos de lo prometido y más alejado de la meta de 2024 (30%).
Este breve balance muestra la necesidad de revisar las principales políticas educativas que se han instrumentado. Ya vimos que para avanzar no sirve creerse moralmente superior, descalificar al que piensa distinto, desmantelar instituciones, o construir una subida retórica de la “transformación”. Se gobierna para un mundo real.