Dicen que las comparaciones son odiosas. Es cierto a nivel íntimo y personal, pero en el campo de la política educativa y de la filosofía política no. Para saber cómo avanza el estudiantado, una escuela, el sistema educativo, una universidad o un país es necesario tener un referente de contraste similar. Si queremos responder si una sociedad es, por ejemplo, “justa” tenemos que hacer ineludiblemente una comparación.
Esto hace claramente el Panorama de la Educación (Education at Glance) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta publicación anual, de libre acceso, y basada en indicadores para los 38 países miembros de esa organización más otros 11 retomó, para 2023, el tema de la educación vocacional y la capacitación para el trabajo. Se asume que impulsar el acceso a esta modalidad académica será central para que más jóvenes puedan responder a las demandas laborales derivadas de la transformación digital y ambientalista.
De acuerdo con la OCDE, 4 de cada 10 jóvenes de bachillerato están matriculados en esta opción educativa y aunque puede ayudar a la transición del estudio al empleo, sigue habiendo problemas tales como la falta de reconocimiento social de las opciones vocacionales, así como una falta de mecanismos de continuidad entre el bachillerato de este tipo y la universidad.
El Panorama es un documento extenso, pero algo valioso es que a la par del grueso volumen, la OCDE publica un reporte por país. Revisemos algunos datos para México. Lo primero que llama la atención es que nuestro país registra la menor proporción de trabajadores de entre 25 y 34 años cuyo máximo nivel de escolaridad tuvo un enfoque vocacional. El promedio de la OCDE es de más de 30% y el de México de sólo 2%.
Segundo, mientras en los demás países de la OCDE el desempleo para los trabajadores que cursaron una opción práctica es menor que para aquellos que estudiaron una opción “general”, en México es lo contrario. Aquí hay más personas sin empleo con estudios vocacionales. Esto hace pensar en qué tipo de conocimientos se valoran socialmente en México al contrario de otros países. El estatus cuenta.
El reporte de la OCDE también nos deja saber que mientras en los demás países la proporción de jóvenes de entre 18 y 24 años fuera del estudio y del empleo es de 14.7%, en México, esta proporción se eleva a 20%. ¿Por qué hay más “ninis” en México que en otros países? Esto nos lleva a preguntar sobre la efectividad del programa de Jóvenes Construyendo el Futuro cuyo objetivo es unir la “experiencia” de los centros de trabajo con la “energía” de los jóvenes. De 2019 a 2023, el porcentaje de jóvenes sin empleo no cambió aunque sí descendió el de muchachos “inactivos” un punto por ciento (OCDE). Lo que llama la atención, de acuerdo con el V Informe, es que casi 160 mil aprendices estén ocupados en los proyectos insignia de este gobierno (Tren Maya, Sembrando Vida, Corredor Interoceánico y la Estrategia Nacional de Seguridad Pública). ¿Así funcionarán estrategias similares en otros países? Habrá que investigar.
Poscríptum: Uno de los investigadores más destacados en nuestro país en los temas de capacitación para el trabajo y para jóvenes en contextos de pobreza es Enrique Pieck, quien decidió jubilarse. Va una felicitación a Enrique desde Universidad Crítica por dar este envidiable paso, así como un agradecimiento por haber sido un colega recto.