Uno de los sesgos “más resistentes y poderosos” que tenemos las personas, es el de grupo, según dice Steven Pinker, psicólogo evolutivo de Harvard. Este sesgo consiste en ejercer un “razonamiento motivado”. Es decir, se dicen y piensan cosas para llevar nuestro pensamiento hacia donde queremos, no hacia donde muestra la evidencia. Para combatir este sesgo, debemos entonces, sostiene Pinker, “basar nuestras opiniones en la persuasión y no en la identidad o en la lealtad”. “El autoengaño carece de límites”, reafirma Javier Marías.

Fue precisamente con este objetivo que empecé esta serie de artículos. Se pretende hacer un balance de la gestión de la doctora Teresa García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) del 2018 al 2023, con base en los datos que tenemos disponibles. Se trata de contribuir al debate educativo por medio del análisis. El objetivo es construir argumentos propios, no de grupo.

Una vez aclarado el punto, reitero lo que escribí la semana pasada. Pese a que no se propuso elevar la matrícula de estudiantes en 2018, ésta creció, para 2023, en términos absolutos. Ahora se aceptan a más jóvenes en la UAQ. Lo que aún queda por saberse es si detrás de esta expansión positiva hubo algún criterio de equidad.

Que la UAQ acepte a 43 de cada 100 solicitantes para cursar su bachillerato y licenciatura es materia de discusión. Elevar la matrícula de estudiantes y sostener cualquier incremento tiene un efecto en al menos tres componentes: (1) financiamiento, (2) organización escolar y territorial, y (3) aprendizaje.

Sobre el financiamiento (externo e interno), hay un escenario preocupante. El financiamiento externo se compone básicamente del subsidio del gobierno federal y estatal, mientras que el interno está relacionado con la generación de recursos propios (ej. proyectos y cobro de servicios). Lograr “la suficiencia financiera” para que opere la UAQ fue una “lucha”, según hace constar García Gasca en su Sexto Informe. A nivel federal no hubo “escucha” ni “comprensión”.

Colegas de la Universidad de Guadalajara respaldan lo dicho por la rectora saliente de la UAQ. El gasto en educación superior ha caído de 2019 a 2024 al pasar de 0.56% a 0.51% como proporción del Producto Interno Bruto y el “promedio de inversión federal por estudiante de nivel superior en instituciones públicas durante este sexenio es el más bajo en al menos 23 años: 63?473 pesos por estudiante” https://educacion.nexos.com.mx/ppef-2024-crisis-y-precarizacion-de-la-educacion-superior-y-la-ciencia/

El gobierno de AMLO no ha destinado los recursos suficientes a la educación superior, pese a haber decretado su obligatoriedad, y no sólo eso: introdujo mecanismos para modificar las fuentes del financiamiento interno de las universidades. Uno de éstos son los “acuerdos” de gratuidad o la narrativa contra las alianzas entre el sector privado y la universidad pública. El mecanismo de asfixia presupuestal y sometimiento está en marcha. García Gasca defendió el presupuesto público a las universidades y cuestionó las políticas del gobierno federal construyendo un liderazgo a nivel nacional, aunque también levantó reacciones entre políticos tradicionales y simpatizantes de la 4T dentro de la universidad. La fórmula no es sencilla de resolver, pero la UAQ es cuna del pensamiento y la acción razonada. Se trata de la verdad, no de pensamiento de grupo.

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